Y sí, escribir es una pasión. Y si así es, escribir aquí también lo es. Por eso, esta confesión
pública.
Te extraño Blog. Pero aquí estoy en medio de un feriado largo, con nostalgias debidas
pero en familia y como siempre, haciendo lo que me gusta hacer: escribir. Mientras
tanto remoloneo y hago recreo en face y en twitter, mientras me instruyo con información
que elijo y sigo aprendiendo. Mientras un telón de fondo sigue recordándome lo mamá que
sigo siendo, con los dedos en el teclado de la compu, disparada porque se queman las
milanesas o se amorochan las papas fritas. Mientras tanto entre presente y nostalgias
debidas encuentro lo que una amiga me pregunta a boca de jarro, cuál es esa canción que
dice: quiero entrar en tu mundo…y yo sigo tarareando en un súbito arranque de memoria:
en tu mundo de fruta encendida e ipso facto me remito a Piero y lo busco en Youtube
y encuentro, a miedo niño, a quiero entrar y me entran los recuerdos. Así, sin pedir
permiso. Y me recuerdo de la generación del mamá, quiero hablar, y aunque no fumé
ni fumo porro, yo también quería volar, con las mismas alas que uso ahora: las de la
imaginación. Pero me acuerdo y le cuento a mis hijos y ya a mi nieta, aunque es
más chiquita todavía para aprender, pero me mira atenta cuando le cuento. Porque como
su bisaabuela, yo no sé contar cuentos, cuento historias. Y en general de mi familia, ahora
también la de ellos; aunque muchos ya no están. Pero esta es mi manera de traerlos a
este presente. La semilla que está forjando este futuro. Un bisabuelo, una bisa abuela, que
ya no están para verlos u abrazarlos pero están en un recuerdo encendido. Ellos eran
jóvenes aún cuando yo cantaba en la guitarra: