Recreación del asteoride 24 Themis y dos
fragmentos desprendidos (uno de ellos con
cola tipo cometa).
El objeto de estudio es el asteroide 24 Themis, uno de los más grandes del cinturón principal de asteroides (situado entre las órbitas de Marte y Júpiter). A los astrónomos les ha llamado la atención que varios miembros más pequeños de la familia dinámica de este asteroide (fragmentos desprendidos hace millones de años) han sido identificados como "cometas del cinturón principal", con colas de polvo supuestamente producidas por la sublimación del hielo.
Aunque ya se habían identificado minerales hidratados en la superficie de algunos asteroides, y se había sugerido que los asteroides del cinturón principal exterior son la fuente del agua en la Tierra, hasta ahora no se ha habido detectado de forma directa el agua en estos objetos.
Uno de los equipos, el formado por los investigadores Andrew Rivkin (de la Universidad Johns Hopkins, EEUU) y Joshua Emery (de la Universidad de Tennessee, EEUU), han realizado las detecciones mediante espectroscopia utilizando un telescopio infrarrojo del observatorio estadounidense de Mauna Kena, en Hawai.
Los dos científicos notaron una absorción característica en el espectro de luz reflejada del asteroide, lo que se puede explicarse por la presencia de una capa extremadamente fina de hielo mezclada con material carbonoso, que cubriría los minerales superficiales del asteroide.
Por su parte otro equipo, en el que ha participado el astrofísico español Javier Licandro (del Instituto de Astrofísica de Canarias y la Universidad de la Laguna) y liderado por el científico Humberto Campins (de la Universidad de Florida Central, EEUU), ha llegado a la misma conclusión. Además, al observar la apariencia constante del espectro según rota el asteroide, han deducido que el hielo y el material orgánico se distribuyen por toda su superficie.
En el mismo número de la revista Nature, en un News and Views que acompaña a los dos estudios, el experto Henry Hsieh compara el descubrimiento de agua "asteroidal" congelada con el de un "fósil viviente", un resto del Sistema Solar primigenio que se creía desaparecido hace mucho tiempo.
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