No quiero esperar en casa a que llegues del trabajo. No quiero no tener sueños y vivir a través de tí. Quiero seguir emocionándome cada vez que te vea, quiero seguir teniendo ganas de hacerte el amor a todas horas. Quiero disfrutar de tus logros, sí, pero por encima de todo de los míos. Quiero seguir siendo la chica que quiere morirse contigo si te matas y matarse contigo si te mueres cual Sabina. La chica que rebosa juventud, vitalidad , esperanza. La chica que sueña con tenerlo todo. La chica de la que, para tu suerte o desgracia, te enamoraste y a la que no pediste el DNI antes de hacerlo.
Y ahora me dices que mis planes no entran en los tuyos. “Llegas 13 años tarde” me dices. Yo no se si reír o llorar. Pero… Discúlpame. ¿Por qué no has podido llegar tu demasiado pronto? ¿Por qué soy yo la que llegó tarde? Y, ¿de verdad importa cuantos años hace que mi padre eyaculó para que yo viniera al mundo? Además, si lo hubiera hecho trece años antes, su esperma habría muerto porque mi madre ni siquiera era una preadolescente por entonces…
Cariño, que el amor escasea en este mundo, no le demos más vueltas. Bésame.