No hay mayor contento que conocerse a si mismo.
En la India un niño fue llevado a un colegio que estaba muy distante de su ciudad. Allí se quedó en régimen de internado. Cierto día se enteró de que en el colegio había otro niño de su ciudad y se sintió dichoso. Después tuvo noticias de que este niño tenía su misma edad y sintió mucha satisfacción. Luego supo que se llamaba como él y se sintió muy dichoso. Cuando se enteró de que era extraordinariamente parecido a él, su dicha no tuvo límite.