Yo estaba temblando y se me notaba mucho que estaba nerviosa, le dije que si podía hablar con la señora mayor que acababa de entrar. La chica me miro sorprendida, me dijo que allí no vivía ninguna señora mayor, que solo vivían ella, el marido y el hijo.
Yo me quedé parada, mi rostro se puso blanco y empecé a marearme, al verme así la chica se asusto, me dijo que pasara y me sentara. Yo entre ya que no me encontraba muy bien, me ofreció un café y lo acepte gustosamente.
Yo mientras entraba miraba la casa sin perderme detalle, era una casa antigua pero reformada, muy bonita y olía a flores, de repente mi mirada se fijo en una vitrina que había en el comedor, y con cara de asombro vi una flor muy parecida a la mía pero era claramente de color rosa.
Alguien me toco por detrás y me asuste, ya que la mujer me había dejado sola en el comedor, me gire, era un niño pequeño, muy guapo y con una sonrisa muy bonita. La chica vino con el café y un poco de agua fresca, la verdad es que el agua fresca me vino muy bien.
Yo estaba un poco más tranquila, suponía que lo que había visto era una mala pasada de mi mente. Empezamos hablar, le dije que tenía un niño muy guapo, y la chica sonrió. Le pedí disculpas por lo de la mujer mayor, pero la chica, muy amable me dijo que no pasaba nada, estuvimos hablando un buen rato.
Yo no podía para de mirar la flor y ella se dio cuenta, me pregunto si me gustaba, y me puse a llorar, ella también se emociono, y me contó que la flor significaba mucho para ella. Y empezó a contarme la historia de la flor Rosa…