—Tranquilo, no sospechan nada. Será esta misma noche. ¡Oink!
Revista Talentos
Cuando me dirigía al baño tras la siesta, percibí extraños cuchicheos provenientes del salón. Me aproximé silenciosamente y asomé parte del rostro. Mientras se revolcaba en el sofá, el cerdo vietnamita que tenemos por mascota decía a alguien por teléfono:
—Tranquilo, no sospechan nada. Será esta misma noche. ¡Oink!
—Tranquilo, no sospechan nada. Será esta misma noche. ¡Oink!