Revista Talentos
Viéndose a sí mismo tumbado en el sofá, dormía un sueño del que era consciente, pero siendo incapaz de despertarse. Su gato pasó indiferente junto a su cuerpo inmóvil, llegando hasta donde él, contemplaba la escena. Sus ojos color miel se clavaron en los suyos. Entonces entendió y sintió frío.