Revista Talentos
Siempre iba con prisa. Un día descubrió que manteniendo el dedo pulsado en el botón del semáforo, no solo este cambiaba de rojo a verde, sino que anochecía. Seducido por el experimento lo repetía una vez tras otra. Hasta que una mañana vio a un viejecito reflejado en el espejo.