Hace ya más de un año que escribí una entrada en la que exponía mi experiencia con la Selectividad, en la que explicaba los nuevos exámenes y en la que aconsejaba ciertas cosas a futuros estudiantes de la carrera. Esta entrada (que, por cierto, fue una de las que lanzó el blog a ser conocido) tiene algunos datos que no son del todo acertados, por lo que me he animado a escribir una entrada recapitulando a aquella y, de paso, corrigiéndome a mí mismo.
Después de casi dieciocho meses leyendo comentarios y respondiendo, creo que es ahora es el mejor momento (se acerca la Selectividad) para que aclare, ahora que sé mucho más del tema, todos los datos que bien han sido malinterpretados o bien han sido mal expuestos, simplemente, ya que es un tema recurrente en la parte de comentarios.
Si leéis los comentarios que me dejan los futuros estudiantes de esta carrera tan genial, la mayoría son acerca de la Selectividad y de la vía de Bachillerato que han elegido. Otra pregunta que me hacen es que si su nivel de inglés es bueno para no tener problemas en el grado o si, directamente, hay prueba de idiomas para ser aceptado en la carrera.
Voy a empezar con la Selectividad. Aunque en su momento no lo expliqué (demasiado) mal, creo oportuno volver a explicar todo el proceso de cómo conseguimos la nota final, contra la que nos «enfrentamos» a la hora de elegir carrera; en este caso, Traducción e Interpretación. Durante todo el Bachillerato, conseguimos, con nuestro esfuerzo (y, en ciertos casos, con la suerte y la benevolencia de los profesores), unas notas con todas las asignaturas que hemos estado estudiando durante los dos años, de la que se hace una media aritmética.
Hablando del Bachillerato, os debo decir que hace año y medio me equivoqué. Textualmente dije «la nueva selectividad tiene muy en cuenta la vía por la que te presentas. Es decir, un estudiante de Humanidades (Latín, Griego, Literatura Universal o Historia del Arte), lo que se conoce por 'Letras', tendrá más posibilidades de entrar a la carrera que uno de Ciencias Sociales». Y, evidentemente, no estaba precisamente en lo correcto. Aunque os explicaré luego la corrección.
En la selectividad hay dos pruebas, de las cuales una es obligatoria y la otra, no. La primera de ellas, es decir, la obligatoria, consiste en cuatro pruebas (Lengua Castellana y Literatura, Lengua Extranjera, Historia de España/Historia de la Filosofía y una asignatura de modalidad), aunque se añade una quinta si vives en regiones de lenguas cooficiales.
En este punto, es cuando el 60 % de la nota del Bachillerato y la 40 % de la Selectividad hacen la primera nota final que tendremos. Y es cuando podemos añadirle hasta cuatro puntos más haciendo la prueba opcional en la Selectividad. Como ya dije, la prueba es totalmente opcional y no te perjudica en absoluto, por lo que es importante hacerla.
Esta prueba depende mucho de las ponderaciones que tengan las asignaturas que vamos a hacer y la carrera a la que queremos entrar. Es decir, algunas asignaturas ponderarán hasta 0,2 (es decir, la nota que saquemos se multiplica por 0,2 y se añade a la nota total) para ciertas carreras y 0,1 o nada para otras. Como en la entrada que estoy recapitulando hoy, os pondré mis notas, para que podáis ver mejor el ejemplo:
Fase general:
- Lengua Castellana y Literatura: 6,75
- Historia de la Filosofía: 5,75
- Inglés: 9,75
- Asignatura de Modalidad (Latín): 7,25
Fase específica:
- Historia del Arte: 7
- Griego: 9,25
La primera calificación que tenemos (y que es inamovible, hasta cierto punto) es la de la fase general. En mi caso fue de un 7,375. Las de la fase específica dependen mucho de las ponderaciones que tengan para las carreras (digo «carreras» porque en las preinscripciones puedes, evidentemente, elegir más de una) en las que te inscribas. Recuerdo que en mi instituto nos dieron una tabla en la que nos ponían todas las asignaturas y qué ponderación tenían en cada carrera. De todas maneras, la fórmula que hay que saber es la siguiente:
Nota Bachillerato * 0,6 + Fase General * 0,4 = Calificación final. Como estamos poniendo mi caso de ejemplo, después de sacar en Bachillerato un 7,36 de media, se me quedó la calificación final en un 7,366. Después de las ponderaciones de la fase específica, la fórmula (en mi caso, insisto) sería algo así:
Calificación final (7,366) + Griego (9,25 * 0,2 = 1,85) + Historia del Arte (7 * 0,2 = 1,4). Mi nota se quedaría en un 10,616 para Traducción e Interpretación de Inglés, aunque esto no significa que no sea la única nota que tenga. De hecho, elegí Derecho como quinta opción, en la que Griego ponderaba solo 0,1 y cuya nota fue 9,691.
Aquí os aviso: la elección del Bachillerato no es algo que nos deba preocupar en primera instancia, ya que la Traducción es un campo multidisciplinar y versátil y acepta a estudiantes de todas las vías. Creo que asignaturas tales como Economía y Geografía ponderan también 0,2 en la carrera. En cuanto a la elección de la asignatura de Modalidad que hagamos en la fase general no importa cual sea, ya que eso da igual lo que pondere, sino lo que de verdad saques.
También me habéis preguntando muchísimo acerca de las pruebas de idiomas que hacen ciertas facultades de Traducción e Interpretación en todo el país, pero, la verdad es que tengo poca idea. Tengo entendido que en Salamanca sí que hay prueba, pero no me hagáis mucho caso. Si alguien puede disipar estas dudas o sabe algo más, que lo diga. Le estaremos muy agradecidos.
En cuanto al nivel de idiomas, no creo que tengáis muchos problemas si habéis sacado buenas notas durante el Bachillerato, ya que (al menos en la UMA) empezamos con un nivel B2 y estamos terminando el C1. De todas maneras, creo que sería bastante recomendable sacarse algún título oficial, tales como el First o el CAE a lo largo de la carrera, más que nada para andar sobre seguro. Cuando salgas fuera a trabajar, supongo que no te van a mirar qué nivel has hecho en la carrera (o si, de verdad, lo has conseguido tener), sino un título oficial que certifique tu nivel.
Ya terminados mis consejos revisitados, creo que a las fórmulas para estudiar que escribí en ese otra entrada debería añadir dos más, que no dos precísamente solo de estudiar, sino en el mundo de la traducción, en general: sé modesto y no te compares con nadie. Creo que son buenos consejos y, una vez entrados en la carrera y en estos mundillos os daréis cuenta de que tenía razón.
Bueno, espero que a partir de esta entrada haya muchas menos dudas y, las que haya, os las pueda disipar de alguna manera. Espero que hayáis disfrutado leyéndome, tanto como yo lo hago escribiéndoos.
Un saludo desde Málaga al mundo.