Una persona me dijo cuando yo estaba embarazada, que cuando naciera B, cambiaría de opinión sobre la legalización de la marihuana. Pero no...
Sí cambié. Cómo no, si cambió mi vida... estrené miedos. Perdí dos rayitas en mi nivel de tolerancia... Pero conservo mis opiniones en temas espinosos.
- En cuanto a las drogas hoy ilegales: sigo en contra de las políticas prohibicionistas, y sigo creyendo que sería bueno legalizar y regular la siembra, el tráfico y -si tiene sentido la expresión:- el consumo de drogas como la marihuana. De hecho, creo que de esa manera se podría proteger mejor a los niños y adolescentes.
- En cuanto al tema del aborto, sigo creyendo que al abortar se mata a un ente que es un ser humano, y creo que hacerlo es un derecho de la mujer, que debe ser garantizado por el Estado. También creo que Dios está por encima del derecho de los humanos, y que si una creyente le pregunta a Dios qué hacer con su embarazo, habría de hacer lo que Dios le diga.
- Respecto a los encuentros sexuales entre adolescentes, alcancé a cambiar de opinión antes de B. Yo hice lo que quise y vaya si me di gusto, así que no me asusto de nada... Pero el sexo cuando estás creciendo, trae una complejidad a la vida que no es lo mejor cuando podrías ocupar tu energía en otras cosas. Creo que conviene que los muchachos se conozcan más a sí mismos y conozcan más sobre las relaciones humanas, antes incluso de los escarceos. Así que aunque tampoco en esto me inclino por "prohibir", sí creo que conviene favorecer la abstinencia hasta la edad adulta.
Por si andaban con el pendiente...
Silvia Parque