Me sorprende que la gente ya no mire a través de la ropa para desenmascarar sentimientos tanto como para desabrochar sujetadores.
Que muchos hijos no descubran que sus padres también son humanos y lloran, pero que nunca son egoístas a la hora de hablar de su propia felicidad, solo la de los suyos.
Hay gente que todavía sale a la vida con una máscara para guardar las apariencias que ocurren tras los cerrojos de su hogar, de personas que soportan insolencias de otras tantas por una tercera;
De amores que no son felices, que no llenan, sino más bien vacían.
De familias numerosas, con distancia inversamente proporcional a número de visitas;
De hermanos amantes de su odio,
de amigos antifaces en Carnavales... (y fantasmas en la oscuridad)
Y un poema que he encontrado de casualidad acerca del Conticinio: http://www.mundopoesia.com/foros/temas/la-palabra-vi.553095/