Estoy cansada de leer, ya leí La guerra del fin del mundo, y ahora La fiesta del chivo, Los sertones y mi obra favorita, Carta a un joven novelista también de Mario Vargas Llosa. Al leer ésta última obra, me sentí tan descubierta,desnuda ante su verdad, y me identifiqué con la figura del catoblepas, aquel que se devora a sí mismo. Quiero citarte el texto que me conmovió hasta las lágrimas:
"La ficción es una mentira que encubre una profunda verdad; ella es la vida que no fue, la que los hombres y las mujeres de una época dada quisieron tener y no tuvieron y por eso decidieron inventarla. Ella no es el retrato de la Historia, más bien su contracarátula o reverso, aquello que no sucedió, y, precisamente por ello debió ser creado por la imaginación y las palabras para aplacar las ambiciones que la vida verdadera era incapaz de satisfacer...(Cartas a un joven novelista. Vargas Llosa p, 13). Ahora entiendo porque te creé, porque vives y mueres en mí. Porqué me asesinas y resucitas todos los días.
Te quiero contar acerca de mis aprendizajes, descubre cuál de todos ellos, son nuestros, o quisiéramos.
Contigo Aprendí
Cuanto te digan: - He aprendido mucho de ti-, ¡cuidado!, pregunta rápidamente: ¿Qué has aprendido? Porque yo lo he dicho…pero no se me preguntó ¿qué?.
Yo no lo he confesado- porque no he tenido oportunidad. No se me abrió la puerta, para convertir mis palabras en polvo blanco, ácido:
Contigo aprendí:
Cómo se conquista un corazón,
la debilidad, la fragilidad,
a derrotar a la moral,
a aprovechar cualquier oportunidad
para ser una asesina, genocida y suicida felina de siete vidas.
A controlar el tiempo,
a convertir en blanco lo negro,
a ser deseo insatisfecho.
Contigo aprendí:
A jugar a amar,
a controlar los sentimientos,
emociones, como demonios internos.
A mirarte a los ojos,
convertir tus verdades en mentiras
y en verdades las mías.
Contigo aprendí:
Abrir los cerrojos de tu alma
convertir mis dedos en pinceles
convertirte en barro o mármol
según el día de mayo
Contigo aprendí:
A saber los caminos de tu corazón
y a recorrerlos como en el laberinto del minotauro,
con el hilo de la razón,
como Teseo me enseñó.
Contigo aprendí:
Que los ojos que no ven, son una oportunidad para la pasión
…aunque
No hay nada mejor , que los que pueden ver y no ven,
porque no son conscientes de su ceguera.
¡Sí!, no hay mayor satisfacción,
que pecar con la anuencia, de la confianza,
ganada mentira a mentira, a pulso.
Contigo aprendí ...que
Las sábanas son saladas,
las mentiras verdades amargas,
la fórmula del amor es ácida,
y que dulce es ...saber que no hay nada mejor,
controlar una ajena pasión.
Para aprender es necesario un elemento, puede ser un libro, una flor y lo que me fascina, un corazón, como el mejor diamante en una exposición, cubierto por la urna de los sentimientos, brillantes, y lanzado como gemido, ¡tómame!; y satisfacerlo, tomarlo entre las manos, levantarlo, para ver cómo la luz de la inocencia, hace que irradie un rojo dorado, sí, verlo, ahora tuyo, ahora frágil, indefenso… y lanzarlo, contemplar su caída con una sonrisa, y verlo romperse, hacerse añicos, y convertirse sólo en una macha, no roja, negra, sino incolora, porque el amante ahora descorazonado, crédulo piensa, que el tuyo le pertenece.
Bueno Dany, un beso te voy a dejar vivir... me voy a dormir.