No descansan ni en semana santa. Podría suponerse que losmiembros del gobierno Rajoy estarían ocupados conmemorando la muerte y demásalucinaciones en torno al personaje histórico de Jesús de Nazaret. Alguna sí loha hecho, María Dolores de costalera se ha publicitado con una foto donde se laveía transportando una cruz, quizá ha querido saber en primera persona que eslo que sienten los ciudadanos que soportan día a día sus regresivas políticassociales.
Pero entre procesión y procesión, y haciendo honor a sutorrija permanente, el Ministro de Economía y ex director en España de LehmanBrothers, Luis de Guindos, ha salido con unas declaraciones infames donde ha anunciado"la reforma de los servicios públicos, sobre todo en sanidad yeducación". No hace falta ser licenciado para saber por dónde irán dichasreformas. Estas declaraciones, hechas en un periódico del país de donde esnatural su jefa, el Frankfurter Allgemeine, suponen una estación más del viacrucis por el que el PP está tratandode llevar al pueblo español.
No pierdan tiempo en buscar en el programa electoral del PP algunaalusión sobre estas medidas, no hallarán nada. Sin embargo, sí se puedeencontrar en las hemerotecas varias referencias donde el PP asegura que estasmaterias son intocables. Pero como le han cogido el gusto al rodilloparlamentario y a despreciar continuamente al ciudadano, se piensan legitimadospara desmantelar progresivamente todo el sector público.
Es posible que tanto la sanidad como la educación necesitenreformas. Pero éstas deben ir encaminadas a reforzar el sistema público, y no asu deterioro mediante la privatización. La privatización nos conduce a losciudadanos a ser potenciales clientes de lo que se convertirá en un indignonegocio, aumentando las desigualdades para acceder a servicios tan esenciales.
El calvario está servido. En Grecia el jubilado Dimitris Christoulas no soportó su particular viacrucis y acabó suicidándose enplena Plaza Syntagma. Pero la solución es otra, depende de nosotros mismos el que acabemos porarrojar la pesada cruz que nos hacen soportar, y seamos capaces de conseguirque nuestros gobernantes se arrepientan finalmente de todos sus pecados. Aunqueesta vez sin posibilidad de resurrección.