Los lunes están llenos de despistes. Domingo loco, o de televisión hasta tarde y de madrugada la cabeza aún está en modo de ahorro de energía. Las prisas despistan y el despertador se convierte en un oso asesino del que tengamos que escapar para salvar la vida, olvidando todo lo demás. También están nuestras propias tonterías como consultar “un minutito” el correo o jugar al deporte de indignarse por las noticias. Además de todo eso, hasta los cerebros de los genios se olvidan de comprar el pan. Fallamos, nos despistamos, es una ley de la naturaleza como que las piedras caen al suelo. Lo único que podemos hacer es reducir la frecuencia de los despistes.
Un medio son los controles visuales. ¿Definición al canto? No, experiencia, que es más divertida. Sal a la calle, la primera señal de tráfico que veas, casi seguro que es un control visual. Estrictamente hablando no es necesario poner la velocidad máxima de la vía, ni que nos recuerden la obligatoriedad del cinturón con una señal luminosa. Pero es que saben que nos despistamos, que nos dejamos llevar por el pedal y luego pasa lo que pasa. O en los aviones, habrás visto que en los alerones está escrito “No Step” y/o “No Pisar”. ¿Qué pasa, que el personal de tierra no sabe que no se pisan los alerones? O en las puertas hay mensajes para el personal de cabina sobre cómo cerrar las puertas. Por supuesto que deben saber cómo hacerlo, pero recordarlo no viene mal. Sobre todo en un avión, gracias.
Controles visuales al rescate de los despistes
Supongamos, es solo un suponer, que no tienes una compañía de transporte aéreo; entonces, ¿cómo puedes usar los controles visuales? Uno de los ejemplos más sencillos es el control de reposición. Vas a una de las últimas páginas de un cuaderno y escribes a lápiz: “Comprar cuaderno”. Así cuando llegues a esa página tendrás un recordatorio justo cuando lo necesitas. Lo mismo puede hacerse en una caja de folios o de cualquier otro elemento consumible. Otro tipo de control es el control de seguridad, si tu coche es de los viejos y no avisa de que tienes que ponerte el cinturón y te despistas con eso, ¿por qué no pones una pegatina? Sale más barato que la multa, el hospital y los entierros.
¿Tiendes a olvidar las llaves al salir de casa? Ponte un recordatorio junto a la misma puerta. ¿Se te olvida el material escolar? Ponte un aviso en tu habitación y una lista dentro de la misma bolsa. ¿Llegas tarde porque te apuras el tiempo de salir? Ponte un recordatorio en el ordenador; uno que interrumpa lo que estás haciendo y te “salte” a la hora correcta.
¿Tienes que llenar tu vida de controles?
No, tampoco se trata de volverse paranoico. Tendrás que ponderar la importancia que tenga el despistarse, la frecuencia de tus despistes junto con los medios a emplear. Ten controles para las cosas más críticas: como ponerse el cinturón; y para las demás vete considerando las cosas con un poco de cabeza sin exagerar los medios. Empieza por poco y ve expandiendo según veas que lo necesitas, ¿Vale?