Contra la ablación, tolerancia cero

Puede que sea el único crimen contra la humanidad en el que las autoras son las madres y las víctimas, sus propias hijas. Puede también que sea el único que se transmita de generación en generación. Puede que sea de los pocos ejemplos en la historia en que las madres, en lugar de querer evitar que sus hijas sufran lo mismo que sufrieron ellas algún día, perpetren el mismo dolor a sus criaturas. Cuesta creer que tanta crueldad tenga explicación.

Hoy se celebra el Día Mundial de la Tolerancia Cero a la Mutilación Genital Femenina. El mapa que dibuja Unicef no hace si no confirmar que esta lacra que golpea África tiene las raíces muy profundas.

Prevalencia de la muilación genital femenina en mujeres de 15 a 49 años

Hubo un día en noviembre de 2005 en que dijeron basta ya. O eso parecía. Los representantes de 15 países africanos firmaron el que desde entonces se conoció como Protocolo de Maputo, un documento que pretendía mejorar los derechos de las mujeres en el continente. La carta no estuvo exenta de polémica. Representantes cristianos y musulmanes se opusieron y se oponen, por distintos motivos, a determinados puntos del acuerdo. Pero en lo que no hay discusión es que el Protocolo de Maputo se marca por primera vez como objetivo una reclamación de Occidente: la prohibición, ley mediante, de la mutilación genital femenina.

La presión de gobiernos y ONGs ha tenido resultados dispares. En países como Somalia, Egipto o Sierra Leona, se ha reducido extraordinariamente el porcentaje de mujeres mutiladas que repiten esta práctica a sus hijas. Pero en Chad, Etiopía o Yemen, la presión, venga de donde venga, sigue sin surtir efecto.

Prevalencia de la mutilación entre mujeres de 15 a 49 años y sus hijas

Ellas, las madres, no tienen la culpa. Esta es la idea en la que se han basado todas las políticas de prevención en los últimos años. No se puede castigar a estas mujeres que piensan que, lejos de cometer un crimen, están asegurando el futuro de sus hijas. Ellas conciben la ablación como el medio para evitar maldiciones, para purificar a sus hijas, para convertirlas en aptas para el matrimonio, para limpiarlas. Es, piensan, lo mejor para ellas.

Pero incluso las más férreas tradiciones africanas pueden cambiar. Las acciones de concienciación y formación llevadas a cabo en varios países demuestran que las mujeres pueden cambiar de opinión y arrastrar con ellas a la sociedad masculina que las rodea. En países como Burkina Faso, el 73% de las mujeres de 15 a 49 años han sido mutiladas. Sólo el 11% creen ahora que esta práctica debe continuar.

Porcentaje de mujeres mutiladas que siguen apoyando la ablación y que porcentaje que se manifiestan en contra

La fuerza de los datos, y lo mareante de las cifras, como que hay 70 millones de mujeres y niñas que han sido víctimas de la ablación, se ve salpicada a veces por pequeñas grandes historias de valentía y lucha como la de la modelo somalí Waris Dirie y su incansable lucha contra la mutilación. O la de esta otra mujer, Groundo, que pide asilo político en Estados Unidos para proteger a su hija de dos años de la mutilación. Su historia se ha convertido en un documental, Mrs Groundo´s daughter , que se estrenará en Estados Unidos el 9 de febrero.