Revista Literatura

Contrastes

Publicado el 23 agosto 2010 por Letransfusion
Hace poco me daba cuenta de como puede uno influenciar en los estados de ánimo de los pasajeros en el metro. Quizá esto es obvio dado que mi actividad está enfocada a ello, si no, ¿para qué andaría diciendo poemas o contando cuentos en los vagones del metro? El caso que ha llamado mi atención es el contraste de emociones que uno puede provocar con diferentes textos. Uno de ellos es el poema que le atribuyeron falsamente a Jorge Luis Borges, el famoso "Instantes" y el otro de León Felipe, "Auschwitz ". Con el primero los viejos se ponen nostálgicos y algunos jóvenes ponen cara de reflexión y en general gusta mucho. El segundo es más oscuro, el simple título evoca el gran holocausto. Cuando leí "Auschwitz" me conmovió tanto que quise compartirlo, así que lo llevé al metro y oh sorpresa: mucha gente no sabía el porqué del título. Es asombroso el grado de ignorancia que hay entre los pasajeros a pesar de que es una línea en la que viajan alumnos universitarios y bachilleres. ¡Ah! Pero si antes de decir el poema les explica uno que el título hace referencia a uno de los campos de concentración nazi donde Hitler tenía sus hornos crematorios, entonces sí saben de lo que habla el poema y hasta evocan: “La vida es bella”. Aunque esto me ha resultado un tanto molesto no deja de gustarme decir poemas en el metro.
Aquí dejo los dos poemas y los respectivos archivos para que los compartan:
Instantes
Texto apócrifo

Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido, de hecho
tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría
más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería
más helados y menos habas, tendría más problemas
reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente
cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener
solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos;
no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin termómetro,
una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas;
Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres
y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.
Para más información sobre la falsedad de el anterior poema: http://www.rompecadenas.com.ar/almeida.htm
Auschwitz

(A todos los judíos del mundo, mis amigos,
mis hermanos)

Esos poetas infernales,
Dante, Blake, Rimbaud...
Que hablen más bajo...
¡Que se callen!
Hoy
cualquier habitante de la tierra
sabe mucho más del infierno
que esos tres poetas juntos.
Ya sé que Dante toca muy bien el violín...
¡Oh, el gran virtuoso!...
Pero que no pretenda ahora
con sus tercetos maravillosos
y sus endecasílabos perfectos
asustar a ese niño judío
que está ahí, desgajado de sus padres...
Y solo.
¡Solo!
Aguardando su turno
en los hornos crematorios de Auschwitz.
Dante... tú bajaste a los infiernos
con Virgilio de la mano
(Virgilio, "gran cicerone")
y aquello vuestro de la Divina Comedia
fue un aventura divertida
de música y turismo.
Esto es otra cosa... otra cosa...
¿Cómo te explicaré?
¡Si no tienes imaginación!
Tú... no tienes imaginación,
acuérdate que en tu "Infierno"
no hay un niño siquiera...
Y ese que ves ahí...
Está solo
¡Solo! Sin cicerone...
Esperando que se abran las puertas del infierno
que tú ¡pobre florentino!
No pudiste siquiera imaginar.
Esto es otra cosa... ¿cómo te diré?
¡Mira! Este lugar donde no se puede tocar el violín.
Aquí se rompen las cuerdas de todos
los violines del mundo.
¿Me habéis entendido, poetas infernales?
Virgilio, Dante, Blake, Rimbaud...
¡Hablad más bajo!
¡Tocad más bajo!...¡Chist!...
¡¡Callaos!!
Yo también soy un gran violinista...
Y he tocado en el infierno muchas veces...
Pero ahora aquí...
Rompo mi violín... y me callo.
León Felipe
Archivos:
leonfelipe.pdf
instantes.pdf

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