Las sucesivas donaciones, a lo largo de los años, pueden explicar que el Convento haya cobrado la estructura que hoy se contempla, con numerosas dependencias, articuladas en torno a dos patios, que deben coincidir con las antiguas viviendas cedidas.
Los orígenes de la construcción de la iglesia son inciertos; se cree que antes de que se construyera, en 1360, la iglesia actualmente conservada, ya existía una anterior para uso del beaterio.
Descripción
Posteriormente, en los espacios intermedios se han incorporado dos escudos que corresponden a don Antonio de Ulloa y su esposa, doña Inés de Bazán, quienes entre 1603 y 1625 costearon la remodelación de la capilla mayor para su enterramiento. Este ábside perteneció a una iglesia de una sola nave.
A esta nave se añadieron dos cuerpos laterales, con la misma fábrica de mampostería encintada, que repiten el esquema de las fachadas del crucero de Santiago del Arrabal: Remate en piñón recto escalonado y motivo de rosetón entre arquillos, todo con decoración de lóbulos.
El testero de la izquierda corresponde a un espacio irregular que ha sido incorporado a la iglesia como nave de la epístola, pero que en su origen tal vez fuera un atrio; parte del cual se aprovechó en el siglo XVI para edificar una capilla, quedando el resto como nave lateral.
En las dependencias utilizadas como convento, varias reformas han alterado la primitiva disposición derivada del agrupamiento de varios núcleos de vivienda. En 1623, Pedro Sánchez, carpintero, y Antonio Mexía, albañil, se encargan de remodelar el «claustro grande», dos de cuyos lienzos habían de ser derribados y rehechos de nuevo; claustro que fue casi eliminado al incorporar la mayor parte del espacio a la iglesia, para coro de las monjas, mediante una obra realizada en 1758 por José Sierra, entonces arquitecto de la catedral.
Fuente: Wikipedia