Gracias a Caixaforum tuve la oportunidad de presenciar una enriquecedora conversación entre dos pesos pesados de la novela negra actual: Jo Nesbo y James Ellroy.
Entrevistados por la periodista Laura Fernández quién los presentó primero e interpeló después, ambos respondían por turnos a la misma pregunta desde las antípodas donde están instalados, no sólo me refiero a que viven en distintos continentes sino a que existe entre ellos la misma distancia en su modo de trabajar, de pensar y de actuar. De entrada Jo, considerado el rey de la novela negra escandinava, aparecía con un look a lo Bono de U2, quizá para recordarnos que es el cantante de su banda Di derre, mientras que James Ellroy, que se define como el mejor escritor del mundo, era la viva estampa de un jubilado al uso en Florida con su camisa de flores y su gorra en la mano.En primer lugar se les preguntó sobre las fuentes de las que bebía su estilo y su obra, quiénes fueron sus modelos literarios. Las respuestas no pudieron ser más opuestas. James Ellroy, de quien la periodista dice que no escribe, boxea ya que cada palabra es un golpe, nació en Los Angeles en 1948, perdió a su madre cuando contaba diez años y reconoce que ese hecho le marcó obsesionándose con las mujeres como refleja su obra. Se define como Beethoviano, es decir, introspectivo y que evoluciona hacia la oscuridad como él. Confiesa que hace más de veinte años que no va al cine ni lee absolutamente nada que no haya escrito él. “Sólo leí de niño”, dice. “No me interesan los clásicos. Mobi Dyck, va de no folles con una puta ballena blanca, ya está, pero no la he leído”. Se expresa de una forma muy irreverente y provocadora intercalando improperios en las respuestas. La periodista le sugirió que El Quijote debería leerlo y le contestó que es un libro muy gordo y no le apetecía nada. Jo Nesbo, nació en Oslo en 1960 y cree que hay que leer lo clásicos, hace referencia a Hemingway (La fiesta), que es necesario para comprender que no se necesitan modelos, héroes, pero que hay que recorrer ese camino para comprenderlo. Lector desde niño, su madre era bibliotecaria y su padre un lector empedernido quien le leyó su primer libro: El señor de las moscas, por su propia petición. Más tarde en el colegio les dijeron a los padres: “su hijo escribe muy bien, pero todos sus personajes acaban muertos”, hecho que la madre recriminó al padre: “eso es porque le lees el señor de las moscas”. Explicó divertido. Cuando se les preguntó por la evolución de su obra la personalidad oscura y egocéntrica de James siguió contrastando con el tono jovial de Jo.Ellroy sólo escribe sobre la historia de Los Ángeles anterior a 1972,
espera que algún día le consideren un escritor de novela histórica de esta ciudad, pero lo hace sin querer, lo hace porque es donde vive, donde las mujeres se separan de él, confiesa, “es una ciudad para relajarse o estar de libertad condicional”, añade. Se instaló hace años en ella para empaparse del entorno y del slag para sus novelas y allí sigue. Reconoce que es un escritor obsesivo, se obsesiona con la historia y los personajes, cree que la protagonista de su última novela Perfidia, Kay Lake es probablemente su mejor personaje y le gustaría que sus lectores se obsesionaran de la misma forma que él, que leyeran sus novelas del tirón. Le gusta describir el crimen con mucha sangre, escribe desde la pasión, dice. Sus libros no siguen la estructura clásica de novela negra. Sus novelas son como un río donde todo fluye y confluye y pasa a la vez y el lector se siente como si estuviera domando a una fiera. Él argumenta que cuando comienza a escribir lo tiene todo perfectamente definido en su cabeza, hace unas sinopsis completísimas y muy detalladas, para Perfidia que tiene 700 páginas la sinopsis era de 700 páginas. Toma su estructura de la música clásica, dado que no lee y no tiene modelos a seguir. Admirador de los compositores románticos como Beethoven o Schubert, sus obras son como sus piezas musicales, explica que Beethoven comienza con un entrada fuerte, divide la pieza en cuatro actos, por en medio introduce romanticismo y suavidad, y acaba con una recopilación. Esa es la estructura que él visualiza en sus obras. Lo primero que escribió Nesbo fueron las canciones de su banda. Después de un año de gira, una editora le sugirió que escribiera algo sobre su banda y la gira, y él respondió que no. Que lo que pasa en la carretera se queda en la carretera, pero decidió que escribiría algo, no esperaba que fuera bueno, sólo esperaba llamar la atención y que la editorial le propusiera que podía escribir algo más para ellos. En el transcurso del vuelo Oslo-Sidney que duró 33 horas se planteó escribir una novela negra porque, según él, la estructura era más clara, más sencilla: planteamiento-nudo-desenlace, y se le ocurrió el personaje protagonista y la idea. El protagonista de su novela va descubriendo la ciudad a la vez que él y que el lector. El murciélago, la primera novela con toda la osadía del escritor novel, la primera de diez. Su protagonista, amante del Country y la escalada como él, rompe todo lo que toca, sobre todo sus relaciones sentimentales con las mujeres. Es un hombre roto al que se le murió la madre siendo muy joven y su primera novia se suicida. Cree que está maldito por el mordisco de un murciélago y que toda persona que esté con él le será arrebatada. Su personaje evoluciona durante la saga hacia la oscuridad, cada vez se parece más a los asesinos y delincuentes que persigue que a los policías que son sus compañeros, explica Nesbo.Cuando se les preguntó por el mal, ya que es un personaje más de la novela negra, y su idea del mismo, Jo se plantea si el mal existe como tal o es sólo la ausencia de compasión del ser humano, como el frío: ¿existe como tal o es la ausencia de calor? Cree que el escritor debe explorar eso y explotarlo, el mal como el monstruo que refleja nuestras limitaciones o nuestra valentía delante de él. Define la maldad como: todo lo que te puede destruir lo llevas dentro.James se autodenomina como cristiano protestante perfectamente definido que si ve una oportunidad de aprovechar algo como ganar dinero o conseguir una mujer, lo hará. Dice que conoce muy bien el mal del ser humano y esa circunstancia es la que proyecta en sus libros. La periodista quiso saber el origen de los crímenes que aparecían en sus obras, de dónde sacaban la inspiración.Jo confesó que todos los crímenes de sus novelas son inventados por él, que no existe una base real, se los inventa en relación a los personajes, están vinculados a ellos. Las historias se le ocurren sin más. Por ejemplo, el médico de la espalda le recomendó tener una cama de agua. Él se la compró, se tumbó y escuchó las burbujitas a su espalda, pensó: “madre mía eso son bacterias que están viviendo ahí dentro”. Entonces imaginó una pareja manteniendo sexo en una cama de agua. Ella nota algo que la molesta en la espalda, cuando terminan y él se va a la ducha, ella retira las sábanas y encuentra la silueta de una mujer dentro de la cama de agua. Era su exnovia que quiso dejarlo. Ella deja de oír el ruido de la ducha, pero sigue oyendo gotas de agua caer a su espalda. Así se le ocurrió la novela La Estrella del Diablo.Al contrario, Ellroy, explicó que sus historias y crímenes siempre tienen un vínculo entre la realidad y la historia. Que se inspira a través de una imagen y de la visión romántica del mundo que refleja. Se basa en una resonancia musical para crear la novela. Con fotos de la segunda guerra mundial, que ya es como si hubieran vivido cincuenta años con él, toma una y se imagina una historia. Entonces les dice al equipo de investigadores que trabaja para él: “Buscadme mierda de la derecha, de la izquierda, de todo lo que sucediera en aquél preciso momento”. Se documenta sobre el periodo o acontecimiento que le interesa, los partidos políticos o sucesos importantes. Sobre todo de la segunda guerra mundial y Pearl Harbour.Espontáneamente Nesbo le preguntó a Ellroy cómo escribía, si tenía algún lugar en particular dónde solamente allí pudiera escribir.El americano le respondió que él sólo escribe en su habitación, con una gran mesa, pensada para ello. Que pasea por la oscuridad de su habitación, de su casa, a solas, sin música. Se asoma a la ventana y de repente le llega la idea para su última novela Perfidia. Perfidia es el título de un bolero de Alberto Rodríguez que le encanta. Escribe casi todo a mano, no le gusta el ordenador y no sabe escribir a máquina.Por su parte, Nesbo explicó divertido que él tiene un estudio con unas vistas impresionantemente preciosas, con una mesa enorme, con un gran ordenador, un equipo de música, todo diseñado para escribir, pero que es incapaz de hacerlo allí. Se va a un café cercano a su casa, en una mesa pequeñita que hay al fondo, que normalmente tiene que esperar porque no madruga y cuando llega ya está ocupada y debe esperar a que se desocupe, y entonces escribe allí, siempre escuchando música.
Al terminar, una espectadora le preguntó a Jo cómo se sentía al acabar de escribir una novela y él respondió que el escritor invita al lector a que conozca su ciudad, su país, lo que conoce, le dice mira, esto es lo que yo conozco, si puedo entretenerte así bien, sino lo siento, sólo sé hacerlo de esta manera. Cuando escribe la sinopsis de una novela está muy entusiasmado, le dice al lector, ven, mira, tengo una buena historia que contar, pero cuando acaba la novela generalmente se siente frustrado, piensa que no es todo lo buena que era aquella sinopsis, que podría ser mejor todavía.