Fragmentos de la obra Conversaciones, integrada por entrevistas a Emil Cioran y publicada por Tusquets Editores. La traducción es de Carlos Manzano.
Conversación con Sylvie Jaudeau:
«La delicada duda de la gente civilizada no es sino una forma de mantenerse a distancia respetable de los acontecimientos. En cambio, hay una duda devastadora que podemos asimilar a una enfermedad que roe al individuo, que puede incluso destruirlo. Esa duda excesiva no es en muchos casos sino una etapa. Es la que provoca el salto a la fe, pues esa duda vertiginosa no puede mantenerse por mucho tiempo. A menudo precede a las conversiones religiosas o de otra índole. Todos los místicos han conocido grandes extravíos, próximos al hundimiento. Así, no podemos por menos de formularnos la pregunta: «¿Hasta dónde puede llegarse con la duda?». La respuesta es sencilla: o nos estancamos en ella o salimos de ella. Es parálisis o trampolín» (…)¿Qué diría usted a quien descubra su obra? ¿Le aconsejaría que comenzara por una obra mejor que por otra?Puede elegir cualquier de ellas, ya que no hay progresión en lo que escribo. Mi primer libro [En las cimas de la desesperación] contiene ya virtualmente todo lo que he dicho posteriormente. Sólo difiere el estilo.¿Hay algún título por el que sienta un apego particular?Sin lugar a dudas, Del inconveniente de haber nacido. Me adhiero a cada una de las palabras de ese libro, que se puede abrir por cualquier página y no es necesario leer enteramente.También siento apego por los Silogismos de la amargura, por la simple razón de que todo el mundo ha hablado mal de él. Se ha afirmado que me había comprometido al escribirlo. En el momento de su publicación, sólo Jean Rostand atinó: «Este libro no será comprendido», dijo.Pero aprecio muy en particular las siete últimas páginas de La caída en el tiempo, que representan lo más serio que yo he escrito. Me costaron mucho y en general no se han comprendido. Se ha hablado poco de ese libro, pese a que es, a mi juicio, el más personal y a que he expresado en él lo que estaba más próximo a mi corazón. En efecto, ¿acaso hay un drama mayor que el de caer del tiempo? Por desgracia, pocos lectores han advertido ese aspecto esencial de mi pensamiento.Esos tres libros habrían bastado, desde luego, y no vacilo en repetir que he escrito demasiado»
Conversación con Branka Bogavac Le Compte:
«Después de una experiencia literaria muy larga, ¿puede usted decirme unas palabras sobre la condición de escritor?Es una cuestión que se plantea todo el tiempo. Todo depende de la profundidad de tus convicciones, de si estás dispuesto a aceptar cualquier cosa, la humillación la falta de dinero en nombre de la escritura, a colocarla por encima de todo lo demás, a aceptar todas las posibles derrotas —y siempre las hay—, a obligarte a ser dueño de ti mismo. Hay que aceptarse y no depender de los demás: eres tu dueño, es un combate al que te entregas. Los otros no lo conocen, pero lo conocerán por mediación de tus libros. ¿Por qué se publica un libro? Para mostrar ese combate. No hay que dramatizar, es algo de ti mismo que proyectas al exterior, que debe salir, que no debes conservar, pues no sería bueno. Hay que considerarlo una terapéutica. Escribir es una forma de liberarte de tus complejos: si no, cobrarían un cariz trágico»