Coraje.

Especialmente para Mercedes, Pilar, Auxi, Elena y Paqui.

Te duele mucho vivir: te cansa ese sufrimiento que por momentos logras callar y por momentos te enmudece. Crees que todo dependerá de cómo te levantes ese día, de cuánto estés dispuesta a aguantar y a padecer, de si tendrás a alguien comprensivo que comparta tus negras ideas, de si…

¡Párate a pensar un momento! Tu vida y tu felicidad dependen exclusivamente de ti, sean tus circunstancias las que sean, las que el destino burlón o el azar abstracto hayan decidido que te correspondían. Da la impresión -a veces parece ser cierto- de que algunas personas tienen mejor fortuna que otras… No te engañes: no hay árbol, por fuerte que sea, que el viento no haya sacudido. Sigue parada y sigue pensando: no dejes que una enfermedad -por inícua, inoportuna, incomprendida, repulsiva y maligna que sea-, o un jirón del alma maneje tus días, tus sentimientos, tus sueños y tus ilusiones. Niégate en rotundo. Desde hoy y para siempre.

Puedes hacerlo porque tienes la suficiente inteligencia y madurez para ello. Que no te confundan negando tu dolor. ¡Claro que existe y que es real! ¡Qué sabrán ellos, los doctos…! Pero al margen de dolencias, ausencias, malas noticias, pesimismos, futuros inciertos y demás sinsabores de la vida nuestra, tenemos la voluntad y el coraje. Tenemos familia. Tenemos amigos. Nos tenemos…  Aférrate a todo esto y decide tú y sólo tú.

Lee sin perder un minuto más “La última lección” del fabuloso Randy Pausch y contágiate de su sabiduría. No estás, amiga, peor que él, de modo que si Randy consiguió VIVIR  (y lo pongo con mayúsculas a propósito), tú también lo lograrás. La vida te da unas cartas –algunas marcadas de mala manera- y te da un tiempo, pero la forma de jugar y de pasar esas horas es exclusivamente tuya.

Tienes una vida, afróntala con valor, con esa energía que no crees tener pero tienes, con la pizca de ilusión y juventud que aún guardas en ese corazón desgastado pero de sólidos cimientos, y VIVE.  Manda a la mierda tus pesares al muy español estilo Fernán Gómez y hazlos a un lado, que no los queremos ver por más tiempo. Vístete con el traje del arrojo y maquíllate con los colores de la pasión y la esperanza.

Y recuerda que eres mi amiga y te quiero. Nada más… y nada menos.