Corazón
El lápiz con el que ella, cada mañana, se lo dibujaba, no era nada del otro mundo. Uno de esos infantiles con gomita en el extremo. Pero era suyo y eso hacía que aquel pequeño utensilio fuera tan poderoso. Desde el mismo día que la conoció, él lo buscaba como loco por cada rincón pero no había manera de encontrarlo. El caso es que el dibujo era muy bello pero después de tanto tiempo ya se estaba desangrando. Aquella flecha que lo atravesaba amorosamente produjo una herida demasiado profunda.
Torcuato González Toval
Contribución a REC: Frase de inicio: "El lápiz con el que ella, cada mañana, se lo dibujaba"