Córdoba , nunca pensé que volvería enamorada de esa ciudad.
Llegar a desde Tenerife es volar a Sevilla y luego coger tren hasta Córdoba.
Una vez llegas a Sevilla, coges un bus que te lleva hasta la estación de trenes de Santa Justa, luego, el tren hasta Córdoba tarda unos 30 minutos en llegar.
En Córdoba nos alojamos en el Hotel Maestre, en C/ Romero Barros 4-6. Desde el hotel llegas andando a todos sitios, está muy bien situado.
Una vez dejamos las maletas, nos fuimos a callejear por la con una guía de lujo. Nos acompañaba una amiga cordobesa que nos enseñaría lo más bonito de la ciudad contándonos miles de cosas.
Nuestro paseo nos llevó a la , , Ayuntamiento, , Plaza y Parroquia de San Miguel, pasamos por Casa El Pisto, el , y Plaza de Santa María.
La Plaza del Potro fue citada en "El Quijote", que cuando era niño había pasado tiempo por el entorno y había estado alojado en la Posada del Potro.
Se piensa que el nombre de la plaza se le puso por la figura del potro que hay en la fuente, pero es posible que proceda de la feria de ganado que se celebraba en los alrededores durante la Edad Media en la que se vendían caballos en esta plaza.
Se cree que ocupó el espacio donde, en su día, estaba ubicado el Circo Romano.
La plaza se ha usado para distintos fines, sobre todo festivos.
El nombre de la plaza viene de que en el lugar estaban las casas de la Orden de Calatrava y varias tiendas, por lo que pronto su nombre derivó en Tendillas de Calatrava.
Este reloj tiene la peculiaridad de tocar los cuartos y las horas con el sonido de una guitarra a ritmo de soleares.
Tras tomar algo en una terraza de la plaza, seguimos nuestro paseo.
Pasamos por la Cuesta del Bailío, el Cristo de los Faroles y la Plaza del Conde de Priego, con el monumento a Manolete y la iglesia de Santa Marina.
Esa noche cenamos en 'La Cazuela de la Espartería', en C/ Rodríguez Marín nº 16. Rico salmorejo y flamenquines buenísimos, no así el camarero que nos atendió. El tipo tenía muy mal humor y cuando le pedíamos algo nos miraba con muy mala leche. Así todo, cenamos de lujo.
Tras la cena nos fuimos a disfrutar de la . Qué bien la pasamos allí y qué impresionante ver la iluminada. Bebimos rebujito, bailamos, hablamos, en fin que nos lo pasamos genial.
Ya cansados del trote de todo el día nos fuimos a descansar al hotel.
Al día siguiente tocaba visitar la . Qué puedo decir de ella, es impresionante. No puedo describir con palabras lo que sentí allí dentro, era uno de los sitios que quería visitar desde siempre. Y el estar allí fue indescriptible, además que con lo que aprendí de nuestra guía me quedé aún más impresionada de lo que estaba.
Al salir, teníamos que probar la famosa tortilla de 'La Taberna de Santos'. La fama le hace justicia, la tortilla está buenísima. Está situada en la C/Magistral González Francés nº 3, en la cara este de la Mezquita.
Seguimos nuestro camino y nos fuimos a la y la .
Más tarde nos dirigimos a la Puerta de Almodóvar, a la Casa Sefardí, el Custodio de Córdoba, el Arco del Triunfo y el Puente Romano.
Después de descansar un rato en el hotel, en la calle hacía mucho calor, fuímos a visitar el Alcázar de los Reyes Católicos.
Y, tras la cena, fuímos a la Feria para despedirnos de ella y de Córdoba.
Al día siguiente, tras el desayuno, nos tocaba regresar.
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