Córdoba - En busca del mejor salmorejo

Publicado el 23 septiembre 2012 por Amoras
Aunque en realidad, no era solo eso... El origen del viaje era ponernos hasta arriba de salmorejo, pero no pudimos resistirnos a degustar una extensa variedad de platos típicos, a cada cual mejor.
Iniciamos nuestra ruta un poco perdidos. La hora de llegada hizo que no tuviéramos tiempo a una primera toma de contacto con la ciudad y tuviéramos que enfrentarnos a los locales gastronómicos nada mas llegar, así, en frío. Como el alojamiento (Apartamentos Luna de Cristal, merecen ser mencionados por su coquetería y buena ubicación) estaban junto a la Plaza de la Corredera, hacia allá que nos fuimos. Lo primero que nos encontramos fue un ambiente diferente a lo que esperábamos, tipo terracitas y para comer de raciones; nada de esas barras que tanto nos gustan para tomar una aquí y otra allá. Dando vueltas, atravesamos la plaza y el primer sitio donde entramos fue en la Taberna Rafalete. Un sitio raro, tipo cafetería, con las mesas preparadas para dar comidas (o cenas, en este caso) y una carta variada y amplia. Probamos las berenjenas a la miel, que ya habíamos visto anunciadas en otros locales. Ración grande, pero nada del otro mundo, junto con un par de refrescos, 9,45 €.

Seguimos por la zona y llegamos a la Taberna Salinas (Calle Tundidores, 3). Un local de toda la vida, con barra desnuda, donde al pedir un vino blanco te preguntan sin fino o afrutado (ufff... luego descubriríamos que esta pregunta era más recurrente de lo deseado). Tiene una carta amplia, entre la que resulta complicado decidirse. Elegimos probar el flamenquín y resultó ser una estupenda elección. Por cierto, a la pregunta de si llevaba queso, cara de susto del camarero y un NO rotundo por respuesta (por favor, tomen nota, hosteleros de Madrid). La ronda salió por 9,45 €, donde 6,95 era la tapa. Cara, pero abundante y exquisita.

Desde aquí, pasamos por la Cazuela de Espartería, un local muy amplio pero cuya decoración lo hace muy acogedor. Mucha mesa baja y raciones enormes. Aquí decidimos probar nuestro primer salmorejo. Dos tapas de salmorejo demasiado fuerte, con dos vinos, 8,40 €. La elección de verdejos en lugar de vinos de la tierra, subió la cuenta.

El segundo día decidimos cambiar de zona y probar la judería y alrededores de la Mezquita, según nos los íbamos encontrando en nuestro paseo por la zona:
Casa Rubio: Recomendado en la Guía Michelin y en la Guía Routard, así que no podíamos saltárnoslo. Probamos la Mazamorra (sopa fría, con los mismos ingredientes que el salmorejo excepto el tomate) y las patatas moriscas (patatas con salsa de mayonesa de curry y comino) en tapa y un par de refrescos por 8,10 €. Salimos muy contentos con la elección.

Casa Pepe de la Judería (Calle Romero, 1): También recomendado en la guía del Routard. Local muy típico, plagado de fotos de Manolete y con servicio un poco deficiente, al menos en barra. Decidimos dar una segunda oportunidad a las berenjenas a la miel, pidiendo una tapa, pero no se diferenciaban demasiado de las del día anterior y nos volvieron a dejar indiferentes... Con un par de blancos afrutados (80% Pedro Ximenez + 20% verdejo), 6,10 €.

Taberna el Anticuario: Local orientado hacia el turismo (está pegado a la Mezquita), pero con una terraza con encanto dentro de un patio cordobés y un salón acogedor decorado como la casa de una abuela. Tomamos un vino, un tinto de verano, tapa de salmorejo y de boquerones en vinagre por 10,70 €.

Casa Santos: Se habla de este local como el que tiene la mejor tortilla de la ciudad... No me lo creo. Es de visita obligada, por el tamaño de sus tortillas y el ambiente del local y alrededores, donde la gente se apoya en el murete de la Mezquita con sus platos de tortilla y vasitos de salmorejo para "mojarla", pero ni por asomo esperes tomar una tortilla que merezca la pena una mención especial. A lo mejor tuvimos mala suerte, pero la nuestra estaba seca y la patata dura. Eso sí, insisto en que hay que ir. 9 € por dos vinos y dos tortillas... Si volvemos, cambiaremos una de tortilla por una de salmorejo para "regarla" como hacían los autóctonos.

Y llegó la tarde, y con ella, nos preguntamos dónde están todos los turistas que durante el día abarrotaban las callejuelas cordobesas. Imagino que las excursiones organizadas a tablaos flamencos con cena incluida, influyen a que los locales estuvieran medio vacíos un sábado...
101 Tapas: Otro junto a la Mezquita, dedicado al turisteo y dedicado a Manolete. Por 2 € puedes elegir una tapa entre 101.
Umami Salmorejería (Calle Blanco Belmonte, 6): Este local recibe su nombre de un vocablo japonés, utilizado para designar el que se considera el 5º sabor, definido como "gustoso" (además de dulce, salado, ácido y amargo), por considerar que el salmorejo cumple con este nuevo sabor. Su carta está completamente elaborada tomando como base el salmorejo, según la forma de elaborarlo en las diferentes zonas o salmorejos innovadores, únicamente elaborados en este local (de aguacate, de maíz, incluso de chocolate). Optamos por probar un salmorejo evolutivo, cuya receta la compone polvo de té, mermelada de tomate y anchoas en lugar de jamón. Muy curiosa la combinación y una prueba que merece la pena y además a buen precio (2,90 € la media ración). Nos quedamos con ganas de probar más.

Taberna Los Faroles: Otro patio cordobés muy agradable, donde tomamos otro salmorejo (el último) y una tapa de flamenquines, excesivamente fritos. Con vino y tinto de verano, 10,30 €

El Gazpacho Gastro Taberna: Lo de taberna, muy bien puesto... resulta chocante que un sitio con tapas tipo "Gastro", tengan la tele puesta, con volumen a todo trapo, con un documental de la 2 (vale, podría ser peor... podrían tener puesto Tele5). No pega nada. La carta, no obstante, tenía buena pinta. El servicio, un tanto deficiente. Pedimos unas "Delicias de Rabo de toro" y en su lugar nos sacaron "Cordero a la miel con cus-cus". Reclamamos y nos dejaron el cordero. La presentación del rabo de toro era muy curiosa, envuelto en una especie de saquitos de pasta filo, que habrían estado muy muy ricas si hubieran escurrido un poco el aceite...

En todos y cada uno de los sitios por los que pasamos, nos sirvieron las tapas con una ración de bollo de pan y pan tostado tipo regañás, picos, o similares, que acompaña estupendamente los platos cordobeses.
Y esto fue todo en nuestra escapada. Visto el nivel de los locales visitados, estamos seguros que se nos han quedado un montón de sitios magníficos por el camino... Si así es, por favor, recomendadnos y tendremos así justificación para volver a visitar tan estupenda ciudad.

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