Córdoba es la madre de todas las ciudades.
A ti papá, por ser más andaluz que mamá.
Córdoba, hermosa llanura amarillenta
en la España cercada por el halo solar
y el llanto contagioso de las amapolas.
Córdoba, bella ciudad retenida
en la memoria como horizontes
ondulados en el tiempo.
Córdoba, blanca y azul
como el cielo de la Judería,
amarilla y roja
como los patios el mes de mayo
ocre y verde
como la dualidad de la mezquita
que sigue oliendo al azahar de los árabes.
Córdoba, visitada por amantes y mendigos,
gastada por los siglos de los siglos
mas nunca derrumbada.
Córdoba, sitiada por campanas
por fábulas y poesías:
laberintos que albergan rostros, alegrías y olores.
Córdoba, la madre
Córdoba, la hermana
Córdoba, la abuela
Córdoba, la llana.