Revista Diario

·· CORRELACIÓN Y CADENCIA ·· Momentos del 19 al 21

Publicado el 07 diciembre 2009 por Tono_hedzberg
Etapas, numeración vital sostenida 


19 El hombre no puedeevitarlo. Mientras manoseaba una piedra suave, recién llegado al destino al quepartió  hace 10 minutos terrenales, denuevo en su tierra, la del tiempo sideral, pensaba que le era imposible evitarsentir que la vida, tal y como la percibía desde hace algunos años, era penosa.No se había alegrado profundamente de algo en 5 años. Durante más de 1800 díasno hubo una contracción exagerada del corazón, no la ha sentido. Este hombre esarrítmico, recuerda esto que tampoco fluye, que no sabe reconocer los impulsosnitidísimos que la misma vida contiene como una gran guía para moradores. Nosabe si su percepción cambiará con el tiempo, de momento solo siente a buenasen tiempos de placer, por lo general relativamente cortos, pero el hombre cadavez los estira más, muy profesionalmente. Tampoco tiene demasiado aprecio porsus momentos placenteros, cada día esta más seguro de ese sentimiento. Puedeconseguir el placer si desespera en … ¡en un momento!. Pero no quiere dejarseal dominio de nada ni nadie, vaya una locura.

20 Aquel instante, era elculmen lógico de su actualidad; era un momento único aun siendo fruto de lasuma de todos los momentos exclusivos desde 19. Lo que fue su vida durante estetiempo le mantiene muriéndose, vivo, despierto y durmiéndose. Ha estadopersiguiendo ensoñaciones por las mañanas, entes muy cálidos y húmedos que semeten entre sus sábanas. Siente que hierve, una piel roza. Fina texturade sus mañanas. A veces, se va dormir a medianoche con ella, despiertan juntos, y ella lo hace además en si misma. El resto del tiempo, que ensu conjunto es la inmensa mayoría de este, no esta muy claro que es lo queocurre. A veces no ocurre nada. Otras, son de lectura rápida, de sobremesaindolora (plácidas), de ir de aquí para allá, de no saber que pasa, de saberlo.Casi siempre son situaciones sin condición, de las que se ven venir, llegan yya no están, sin que si quiera lo notes. Hoy sin embargo hace un día precioso. Es tan hermoso que le recuerda a lo que se estabaacostumbrando, un viciado sabor dulce que se ofrece cada mañana,  un día hermoso y el cuerpo de ella. Asomando almas calurosas, con ganas de hablar bajito. La licuosidad de los encuentroscreaba una atmósfera muy húmeda en torno a sus formas calientes. La energía sedisipaba hasta hacerse imperceptible, inocua, en no más de 8 horas normalmente. Aveces la energía permanecía en sus cuerpos durante todas esas horas aun en ladistancia, porque no siempre permanecían este tiempo juntos, a veces el calorambiental saturaba su momento, y todo, salvo la energía latente, desaparecía.En condiciones normales, dos cuerpos que confluyen con más asiduidad, enespacios y situaciones convencionales, como forma de pareja estandarizada,cualquiera que sea su subespecie, tiende a generar menor cantidad de energíaque la generada en uno de los encuentros de esta unión adormilada, ausente lamuerte mientras son uno. Tú duerme si quieres pero no te asustes si aparezco.Pero sabe también que otros también desean que ella llegue. Ella lo sabe, sabeque hay otros. Y él también lo sabe. 
20’.No le importa.
21Este punto de la vida del hombre llega tarde y atiempo […] bien mirado, la correlación de momentos puntuales, enumerados, haseguido existiendo, acompasando su vida ininterrumpidamente; sin proyecciónfísica alguna hasta ahora. El individuo se lanzó hace decenas de días desde elvacío. En este momento sigue cayendo, meses después, y disfruta con las vistasy el olor, el tacto del aire que embalsama su victoriosa caída. Conocía lasbondades de los descensos espirituales  en tandem. Siente recuperado el tiempo que noperturbó su alma, siente la oxidación de su ambiente corpóreo, siente que vive,que la inmundicidad no es absoluta en el planeta de los humanos, un atisbo deltodo, que no es tanto, y tampoco es poco.


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