Resultado exagerado y engañoso con respecto a lo que pudo verse en Riazor en la tarde de ayer.
El Málaga visitaba su estadio "maldito". Y es que con la nueva denominación, nunca han logrado ganar allí.
Este año, a priori, estaban las fuerzas más igualadas que nunca. Además, las dos últimas victorias malacitanas (ante Hércules y Levante) junto con la buena imagen ofrecida sobre el césped tras la llegada de Pellegrini, habían llenado de optimismo los corazones de la afición.
A pesar de todo, este año el equipo volvió a sucumbir en tierras gallegas. La falta de suerte fue tal que llegué incluso a pensar en que las meigas no ven con buenos ojos al equipo costasoleño.
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Puestos a buscar una explicación más lógica, si auscultamos al enfermo que fue el once titular de ayer línea por línea, es muy probable que demos con la tecla. En primer lugar tenemos a Arnau en la portería, un guardameta con experiencia pero que ya lo ha dado todo en su carrera y al que apenas le restan unos meses para retirarse del fútbol en activo. Ni que decir hay que cuando se recupere Rubén, el puesto volverá a ser suyo. En defensa nos encontramos con un gran Kris, sin duda el fichaje estrella de este verano junto con Salomón Rondón. Y un eficaz Jesús Gámez que cerró por completo su banda y aportó su granito de arena en ataque. Pero esta defensa moneda tiene su cara y su cruz. Y en este caso la cruz son Weligton y Mtiliga, ambos muy por debajo del nivel que se espera de ellos y dejando huecos que, en la élite del fútbol español te condenan irremediablemente. El centro del campo está mejorando con la llegada de canteranos como Recio o Portillo pero ayer pudimos ver de nuevo a un Sandro Silva que debe demostrar muchas cosas en los entrenamientos porque si lo juzgaran por lo que hace en los partidos, entrar en las convocatorias sería una empresa harto complicada para el brasileño. En la delantera, está claro que si falta el venezolano Rondón, no hay gol. Baha apenas olió el balón, y cuando salió el portugués Edinho, más de lo mismo. Tampoco hay que restarle méritos a la defensa coruñesa, en la cual Lotina vuelca todo su esmero con unas líneas muy juntas y pocos huecos.
Con los malos resultados, llegan las críticas. Y aunque es pronto, si hay algo que no me gusta de nuestro nuevo entrenador, es que (a pesar de darle oportunidades a otros filiales) haya mandado al joven Juanmi, pichichi actual de la plantilla, a jugar en Tercera División con el Atlético Malagueño. El chaval ha demostrado tener las mimbres necesarias para ocupar un puesto de titular en el primer equipo, por delante de Baha e incluso de Edinho.
Con todo, lo peor de este partido fue sin duda el resultado. El equipo andaluz ofreció mucho más juego que su rival. Si ya hay alguien que, después de ver el resultado piensa que con Pellegrini el Málaga seguirá igual que antes, y que salvarse de la quema será poco menos que una utopía para los blanquiazules; le recomiendo que espere unas semanas más y, a buen seguro, cambiará de opinión.