Revista Talentos
Él está parado, manchado de sangre, sangre que no es suya. Ve a la mujer que está acostada en la cama, con las manos atadas a la cabecera, con el cuerpo manchado de sangre, sangre que es suya. Él la ve, mientras intenta recobrar el aliento, sin expresar ningún sentimiento. Sólo observa ese cuerpo desnudo y manchado, en esa cama revuelta. Voltea a verse el cuerpo, ve la sangre que tiene, se dirige al baño para limpiarse. Mientras lo hace, recuerda el cuerpo desnudo que tiene amarrado en la cama, la imagen lo excita, siempre le han gustado las cosas prohibidas. Siente cómo reacciona ante ese recuerdo, sin pensarlo dos veces regresa al cuarto, se dirige hacia el cuerpo desnudo y de nuevo ataca. La esposa, cuando lo siente de nuevo, despierta - Mi amor, que sigo menstruando...- pero ya no puede decir nada, sólo emite un profundo suspiro y se queda callada; Cuando siente que de un solo movimiento, ha sido totalmente penetrada.