1. He aprendido que levantar un blog desde cero no es cosa de un día. Recuerdo que mis primeras entradas no sólo eran poco leídas y poco comentadas, sino que no sabía qué narices estaba haciendo yo en este mundillo si no me estaba interesando ni a mí lo que escribía. Luego instalé un marcador de visitas, y me di cuenta que quizá más gente de la que hacía acto de presencia leía, por lo que seguí escribiendo. Después, bueno, los que lleváis un tiempo por aquí lo sabéis, empecé a escribir porque me daba la gana y porque me gustaba, y si encima tenía algún que otro lector, mejor que mejor.
2. He aprendido que si alguien escribe algo y se sienta a esperar que otros álguienes (toma palabra) comenten lo que ha escrito, nadie comentará. La net y la blogosfera exige un poco de bidireccionalidad. Una relación entre lector y blogger.
3. He aprendido que es posible que si tú no comentas, nadie te comente, pero también he aprendido que hay gente que aunque te pases de uvas a peras por su casa o aunque tú no respondas a todos sus comentarios, siguen ahí porque les gusta lo que les ofreces, véase el ejemplo de las personitas, bandidos y bandidas, de esta casa virtual, que aun después de mis idas de olla y de mis escasas visitas y/o comentarios, siguen pasándose por aquí :) Qué bueena gente son, leñes >//<
4. He aprendido que siempre aparece un rastrojo del mal bloggeo que se propone hacerte la vida imposible. Bueno, corrijo, no siempre, hay gente a la que no le pasa. Ya sea por medio del plagio o gracias a anónimos desagradables, muchas veces te dan ganas de mandarlo todo a la mierda.
5. He aprendido que las veces en que te dan ganas de mandarlo todo a la mierda son infinitamente menos que las veces en las que te sientes orgulloso de permanecer aquí. Y es que cuanto más tiempo tiene uno una casa virtual, más cariño se le coge, más cuesta dejarla y menos cuesta postear, aunque sean tonterías y garabatos como los que publico yo de vez en cuando.
6. He aprendido que hay gente como yo detrás de sus pantallas que tienen gustos similares, a los que les apasiona escribir y a los que les gusta mucho el cine. Y, por tanto, he aprendido que la blogosfera es un lugar de intercambio de material propio (y material ajeno cuando hablamos de libros) que te da la oportunidad de acercarte a personaes de otros puntos de la geografía a raíz de tener unos gustos comunes.
7. He aprendido que todas las iniciativas que empiezas porque crees que van a ser un éxito, pueden ser un rotundo fracaso, pero que no por ello hay que sentirse mal o dejar de tener espíritu algo suicida y emprendedor. Porque hay otras que salen bien y que te hacen sentir orgulloso de ellas, y decir "bendito el día en que se me ocurrió..."
8. He aprendido a utilizar las redes sociales, a las que no pertenezco de manera personal (veeengaaa, llamadme desfasada!!). Gracias a Laura Roca y a El alfabeto de Babel (una de esas iniciativas que empecé y que, de momento, está saliendo bien), he aprendido a utilizar el Twitter y el Facebook. Y yo que creí que nunca me metería en ese universo...
9. He aprendido que incluso en esta entrada, en la 293 de esta casa virtual, sigo posteando con las mismas ganas que hace casi dos años, y eso me gusta, porque yo normalmente era bastante inconstante en todo lo que hacía, y con este blog me puse seria y por aquí seguimos, sobreviviendo.
10. He aprendido que pudiendo hablar de política, de actualidad o de economía, como buena periodista en ciernes que soy, hablo de cosas que aprendo en la net, de mi vida y de todas y cada una de las cosas que se me pasan por la cabeza. Y gracias a que he aprendido eso me he dado cuenta de la verdadera esencia de un blog: el autor tiene que estar contento con lo que escribe, y una servidora lo está.
11. He aprendido a utilizar el lenguaje HTML para editar las plantillas de los blogs. Es verdad que el diseño de esta casa virtual no tiene mucho misterio, pero varias veces me he puesto a experimentar con el de El alfabeto y casi me lo he cargado del todo. Suerte que las teclas de Ctrl + Z siempre están a mano.
12. He aprendido a utilizar programas de edición de audio mucho antes de que en mi carrera me lo enseñaran. Porque quería grabar podcast para esta casa y para ello tenía que aprender. He aprendido, por tanto, que cuando quieres algo, tienes que sacarte tú mismo las castañas de fuego.
13. He aprendido que cada día me gusta más lo que hago por estos lares, y que si algún día he de irme, me iré orgullosa de que estuve muchísimo tiempo haciendo lo que más me gustaba: clicar y clicar y perderme clicando y bloggeando y en la net.
Y estas son algunas de las cosas que he aprendido en la net y la blogosfera desde que esta humilde morada abrió sus puertas. ¿Habéis aprendido algo vosotros? Sería chulo que me lo comentaráis también :) Un día podríamos hacer algo así como una mesa redonda sobre nuestra experiencia personal en la blogosfera. Ojú, cómo molaría.
Y esta blogera se despide, bandido y bandida. Con ganas de grabar un nuevo Podcast y con un nuevo relato (¡por fin!) para mi viaje con Ícaro Sobrín entre manos.
Namasté :)