Me comenta un amigo que odia a la gente cotilla, que los dimes y diretes le asquean. A continuación, seguimos conversando. Temas banales, unas risas... Un rato de gilipolleces y comienza a hablar de una expareja haciéndome conocedora de ciertos secretos que ni me van ni me vienen, algunos íntimos. Pongo cara de póquer. Cambia de tercio. Me cuenta que un amigo que le ha puesto los cuernos a su mujer, añade un comentario jocoso sobre que la historia me daría para una novela y me guiña un ojo. Continúa confesando que tiene fotos de sus ex en bolas y que es algo habitual que las parejas se manden fotos guarras (no sé si lo será o no, pero ya llegados a este punto, mi cabeza da vueltas). Termina comentando que las mujeres somos dadas al cotilleo y que mira que le jode. Le gustaría encontrar una mujer "normal". Nos despedimos. Guiño. Guiño.
Un hombre que aborrece los cotilleos. Guiño. Fin.
😈