- Masajea el cuero cabelludo: no dejes de darte masajes en el cuero cabelludo con las yemas de los dedos. Lo ideal es hacerlo unas 3 veces por semana. Estos masajes mejoran la circulación sanguínea, lo cual a su vez enriquece la piel con nutrientes esenciales y oxígeno. La sangre, tras el masaje, transporta nutrientes hacia los folículos capilares. Igualmente un buen masaje ayuda a relajar y fortalecer las raíces.
- No laves el cabello diariamente: Sé que puede sonar un poco desagradable pero la verdad es que lavarse el cabello demasiado a menudo hala las hebras, deteriora el cuero cabelludo y elimina aceites esenciales del cabello. Es importante dejar estos aceites y no estarlos lavando constantemente.
- Peinar en lugar de cepillar: Usa una peinilla de cerdas amplias justo después de cerrar la ducha, mientras el cabello aún gotea. Peina con movimientos lentos. Esto desenreda el cabello inmediatamente. El cepillado, en cambio, no debe hacerse sobre el cabello húmedo porque tiende a quebrar las hebras. Evita tensar el cabello demasiado, sobre todo si te gusta hacerte trenzas, coletas o usar horquillas.
- Usa protectores contra el calor: aplicar productos protectores contra el calor es muy importante sobre todo cuando se usan procedimientos térmicos sobre el cabello (como la plancha, por ejemplo). Solemos olvidar estos productos para proteger las hebras del deterioro que les causamos. Pero si protegemos el cabello, éste logrará crecer más rápido y mucho más saludable.
- Utiliza tratamientos acondicionadores profundos: esto ayudará a humectar y fortalecer las hebras. Un buen tratamiento capilar puede librarnos de un cabello quebradizo, inmanejable y poco brillante.
- Reduce el estrés: todos sabemos que el estrés no es positivo para la salud en general. No debe sorprendernos, por tanto, que también afecte al cabello. Un estrés excesivo retarda el crecimiento del cabello y lo debilita, haciéndolo extremadamente quebradizo.