Creci,
con el misterio de su luz, anduve por tus calles de ceniza, creci, sin prisa en tus barrios de papel, y la bohemia interminable de saber, que no hace falta conocerte si me acuna en cada esquina la sombra adormecida del Polaco y de Gardel. El dado de la vida rueda y rueda, se me estrecha el corazon en tu cemento, y en la cortada fugitiva canto con voz esquiva al ancho leon del puerto. Vague por los caminos del ayer vi las huellas del rosal perdidas por las avenidas gambeteando algun mendigo, y hoy que sos el diamante solitario de tus pupilas perdidas me acurruco en el murmullo desde el bajo hasta el suburbio donde me espera tu abrigo.