Creo en Gaia, creo en La Tierra porque nos da la vida. La contemplo en toda su belleza con extasiado fervor.
Caen visillos sobre el escapulario de la luna.En el pórtico del horizonte, reclinada se abrasa.Ave, purísima aurora que alza en sus brazos el sol infante.
Entre los dedos, un rosario lácteo se desliza, jaculatoria de estrellas, padre nuestro cósmico.
Salve, Salve, blancura virginal. Letanía de cirios en el altar del templo nocturno e infinito incendia mi pecho penitente.
En tu credo sumerjo mi verso, en mi boca el salmo.Custodia que acoges la luz de la vida bajo el palio cristalino de esta noche.
Caminas, Gaia, como novia hacia el altar. Tu velo se vierte en mis pupilas, tu velo me desvela, tu agua bendita me infunde el bautismo, me baña en el río sagrado, de gracia me viste. Sea así. Amén.