Revista Talentos
Ayer estornudé con muchas ganas y no lo acompañé con el consabido ¡Jesús! Me han dicho que me arriesgo a que se me escape el alma y nunca pueda recuperarla. A cuenta de eso, no duermo, que también he perdido el sueño y la tranquilidad. Lo mío es un sinvivir.