Como una pareja de bailarines que se mueven a ritmo de vals.
Los coches pararían. Se arremolinarían en torno a nosotros y a nuestro amor de película, y formarían un atasco de tres pares de narices. Seguramente llegaría la policía, tendrían que saltar por encima de todos los vehículos agolpados alrededor de la escena, y con un megáfono intentarían acallar esa música que sólo nosotros oiríamos. Imagínate: "SEÑORES, ESTÁN RODEADOS. DEJEN DE BAILAR Y PONGAN LAS MANOS EN ALTO O NOS OBLIGARÁN A ACTUAR".
Pero seguiríamos bailando. Los que actuaríamos seríamos nosotros. Tú y yo con nuestro "un, dos, tres / un, dos, tres". Ni las amenazas de multa ni penas de cárcel por cometer el delito de querernos hasta volvernos tarumbas nos amedrentarían. Seríamos sólo nosotros y la música.
Abrirían fuego y se acabaría el sueño con nuestros cuerpos muertos y ensangrentados en medio del asfalto y una batalla campal contra la policía por parte de todos esos curiosos que nos observaban, por haber matado la escena de amor más bonita que habían visto nunca.
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Falta menos de una semana para la presentación de En la vida y en la muerte. Agrego a la sección de Prensa y Promoción la entrada que le ha dedicado Moruena Estríngana a la portada en su blog literario; y en la Galería la imagen del calendario de la presentación en la web de Atlantis. ¡Nerviosa y con mucha ilusión! Tengo ganas de que los días pasen rápido :)