Creíamos que enredando su nombre en una vela con forma de corazón llegaría a quererla. Estuvo enamorada de él toda la secundaria. Hablaba de ella como si estuviera loca, robándole la gorra, pronunciando palabras desesperadas a la luz de la luna. Oye, yo te robe la gorra, amaba pronunciar palabras de amor con ella a la luz de la luna, semejante romanticismo ya no existe, es tan horrible pensarse el objeto de adoración de una niña fea? Los hombres son criaturas poco misteriosas.