Creo que debo ser sincera y justa con las editoriales. Mi experiencia con ellas ha sido siempre muy positiva, aunque en reiteradas oportunidades haya alzado la voz para hablar en nombre de los compañeros que no han tenido posibilidades de publicar en ellas o que después de hacerlo sus libros hayan desaparecido de las listas de Amazon.
En el artículo publicado hace unas horas en Facebook por Fernando Hidalgo: "El sorprendente asunto de los manuscritos rechazados"
Se habla de la mala praxis que se lleva a cabo en las editoriales respecto de los manuscritos que reciben. Sobre todo si se trata de escritores noveles.
Yo también fui una escritora novel, y al decir esto no quiero que se entienda que ahora no me considero novel, pero después de publicar por cinco editoriales creo que puedo decir que tan novel no soy. Otro asunto es que no sea una escritora súper ventas, al menos en papel.
Pero sería injusta al afirmar que las editoriales se portaron mal conmigo. No es así. Mis novelas se publicaron sin ningún problema. "La búsqueda" fue aceptada a los quince días de haber enviado el manuscrito previa carta con la sinopsis. A la editorial le interesó, pidió el manuscrito y solo pasaron días para que firmara el contrato.
Conseguir agente tampoco fue un rollo, como veo que muchos se quejan porque no los aceptan. Escribí a la primera que salió en la lista, porque su nombre empezaba por "A" (Antonia Kerrigan) y le envié una carta muy corta con una breve sinopsis de "El legado". Una semana después firmaba con ella. Y dos meses después la novela era publicada por una editorial.
"El manuscrito I" sí fue rechazado por la editorial que publicó "El legado", pero ni corta ni perezosa lo publiqué en Amazon y al mes ocupaba el segundo lugar en Amazon.com y Amazon.es. Fue cuando Ediciones B me llamó y publiqué con ellos. Desapareció por algunos meses del mapa, pero después regresó con fuerza y está entre los 10 primeros desde hace muchos meses. Igualmente "La última portada" que también publiqué con Ediciones B. Entra y sale del top 100, es decir, la novela no está desaparecida.
Entonces se preguntarán: ¿Cuál es mi descontento con las editoriales?, si recuperé los derechos de "La búsqueda" y "El legado" sin ningún problema, y las que tengo todavía con un par de ellas hacen su trabajo como lo haría cualquier editorial con cualquier novela.
Es que suelo solidarizarme con los compañeros. Me indigna que otros tengan tantas trabas, que sus libros después de haber sido fichados desaparezcan, y también es porque estoy muy contenta como escritora independiente. Tengo lo mejor de los dos mundos, y creo que a eso debemos llegar todos los escritores, no ceder absolutamente todos nuestros derechos, y antes de firmar contratos imponer ciertas condiciones, pues los contratos están hechos para negociarse. Por eso desde mi trinchera sigo y seguiré abogando porque cambien ciertas reglas de juego: un lapso de tiempo menor para los contratos con editoriales, unas regalías más apropiadas, porque somos los creadores del producto, y por un mejor trato personal con los escritores.
De la promoción ya ni hablo. Actualmente el que publique por su cuenta o lo haga a través de una editorial, tiene la obligación de promocionarse. Ya está visto que es materialmente imposible que otros lo hagan por uno.