Revista Talentos
Más allá de la percepción sensorial, había empezado a sentir que el mundo estaba cambiando. Mis amigos ya no eran los mismos; y entrar en la discoteca ahora me causaba un extraño repelús. La certeza llegó cuando descubrí que me apetecía más comer cacahuetes contigo que los macarrones de mamá.