Artistas destacados hoy en día tienen una obra marcadamente reivindicativa en cuanto a este tema. Intentan desvincular al cuerpo del género que se le ha impuesto como es el caso de Cindy Sherman, en esta entrada vemos su relación con la construcción social de la mujer, o la artista también norteamericana Lynda Benglis que intenta ridiculizar la necesidad de definirse sexualmente. En España destaco el trabajo del grupo artístico Cabello Carceller (Helena Cabello y Ana Carceller) surgido en los años noventa intenta desmontar estos estereotipos sociales identitarios con obras que plantean debate y alternativas. A partir de una obra multidisciplinar, vídeo, fotografía o dibujo, hacen mención de las identidades fácilmente clasificables como en su vídeo Un beso, 1996 en el que vemos una pareja besándose sin saber si se trata de dos mujeres, hombre y mujer o dos hombres, juegan con la ambigüedad y rompen con lo propiamente femenino y masculino.Pero cabe decir que todas estas nuevas teorías de género e identidad no plantean nada novesodoso si nos fijamos en la escritora, fotógrafa y activista política Claude Cahun (1894-1955). Nacida en la ciudad francesa Nantes, nos recuerda que la virilidad y feminidad son construcciones sociales a partir de sus fotografías. Se dan varias teorías en torno a su nombre. Su nombre real era Lucy Schwob y según el crítico y comisario Juan Vicente Aliaga elige el pseudónimo Claude debido a su aplicación en francés tanto para mujeres como hombres, hecho que responde al interés de esta artista en torno a la identidad sexual. Se cortó el pelo al cero y se lo teñía de color oro o rosa y así se fotografiaba sobre un fondo oscuro. Ella se divertía provocando tal confusión, cambiando los papeles, parece como si hiciera una búsqueda de sí misma, de alguien que no estaba definido por la sociedad. Por otro lado, la historiadora Patricia Mayayo afirma que Lucy Schwob adopta el pseudónimo de Claude Cahun por su parentesco con el hermano de su abuela materna llamado León Cahun.
Autoportrait, C.Cahun, 1928
Su autorretrato, Autoportrait (1928), muestra a la artista, sobre un fondo negro, con unos rasgos muy marcados, puntiagudos, una posición poco frecuente, con una camiseta de tirantes negra y el pelo rapado que le confieren un aire ambiguo. Da la espalda a la cámara, dando la espalda así también a los ideales de belleza femeninos, algo inusual en esta época de ahí que su trabajo no fuera muy reconocido. Intenta deconstruir así los estereotipos fijados. Cahun abre el camino a estas nuevas teorías de género que nos liberan de las imposiciones sociales y ochenta años después su obra conecta perfectamente con las manifestaciones reivindicativas en el arte actual.