Minx lo tiene todo para ser un éxito. Una atmósfera de la década de los 70 del pasado siglo, la apuesta por desnudos frontales masculinos sin pudor, un toque de erotismo y un repaso al feminismo de la época. Además, aporta muchísimo más de lo que parece.
La feminista soñadora Joyce (una brillante Ophelia Lovibond) y Doug (un espléndido Jake Johnson) protagonizan un duelo interpretativo excelente. Lo mismo se puede afirmar del resto de actores que cumple su papel en esta ácida comedia coral a la que no le falta de nada.
Normalizar la desnudez masculina, ver el reverso de la sociedad y apostar por remover algunas mentes incluso en pleno siglo XXI son puntos a favor de una serie que ha roto todos los moldes. Y lo mejor es que hay segunda temporada confirmada y que los que se rasgaron las vestiduras van a tener que seguir haciéndolo. No dejes de verla.