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Crítica Django desencadenado: El western con el que soñó Tarantino

Publicado el 14 febrero 2013 por Cineenconserva @Cineenconserva
Decía Hitchcock que el auto-plagio era tener estilo, y ¿hay estilo más inconfundible que el de Tarantino? En Django desencadenado (Django Unchained), el de Knoxville la vuelve a liar y nos presenta un western a su medida en donde no falta una buena selección musical, diálogos nada correctos y ese líquido espeso al que ya nos tiene acostumbrados. Y no, no me refiero al batido que se bebía Mia Wallace (Uma Thurman) en Pulp Fiction.Crítica Django desencadenado: El western con el que soñó TarantinoSangre, humor y venganza de un esclavo
Vuelve Tarantino a reescribir la historia y vuelve a hacerlo reencarnado en un justiciero implacable. Se ha propuesto modificar algunos de los hechos más vergonzosos perpetrados por el ser humano. Y si en su anterior película, Malditos bastardos, los nazis cobraban su merecido, ahora el elegido para protagonizar una historia de venganza es un esclavo negro llamado Django (Jamie Foxx) ("la D es muda, no se pronuncia"). El rey de las referencias a la cultura popular clama venganza una vez más, aunque esta vez incluya otros ingredientes: un poco de buddy movie y un rescate de la chica del héroe que conecta con la leyenda alemana El cantar de los nibelungos.
Tras un inicio espectacular donde suena la música original del spaghetti-western Django (film adorado por Tarantino y al que aquí rinde homenaje) asistimos a una presentación de personajes "marca de la casa". Con una sola secuencia, el Dr. King Schultz ya se ha ganado a los espectadores. Punto para Christoph Waltz, el último actor fetiche de este director y reciente ganador del Globo de Oro y el Bafta al mejor actor secundario. (Tranquilo Jamie que como aquella película de Leone ya llegará tu hora).

Crítica Django desencadenado: El western con el que soñó Tarantino

Los dos Djangos en escena, el nuevo y el original: Franco Nero

La película avanza a buen ritmo sobre todo en su primera hora. A nivel técnico, destaca el manejo de la cámara del director de Reservoir Dogs y la fotografía de Robert Richarson  (nominada a los Oscar). Son impresionantes los planos generales de los dos caza recompensas cabalgando juntos o ese plano de los campos de algodón teñidos de sangre. En cuanto a los diálogos, Tarantino sigue siendo un maestro en el arte de colar una conversación irrelevante en medio de la acción (me estoy refiriendo a una de las escenas más gamberras del film: la del Ku Klux Klan). Como bien dice el crítico Roger Ebert en su libro "Las grandes películas, 200 películas imprescindibles de la historia del cine": "Quentin Tarantino siempre encuentra una manera de hacer que las palabras tengan humor sin ni siquiera buscar la risa."

Llegada la segunda parte de la trama aparece en escena uno de los personajes más poderosos de toda la película Estoy hablando de Calvin Candie, el malvado propietario de Candyland, interpretado con mucho hijoputismo por Leonardo Dicaprio. Puede que los de la Academia, Globos...aún no le hayan perdonado haber sido un ídolo de quinceañeras, pero una vez más Dicaprio demuestra su talento. En esta parte se suceden diálogos muy ingeniosos, presenciamos escenas brutales y Tarantino prepara bien el terreno para el clímax final, sin embargo, el ritmo decae en algún momento.Y cuando llega el clímax (ahora sí es tu momento Jamie) asistimos a una espiral de violencia excesiva como liberadora, y en donde Foxx reclama el papel protagonista que los tres secundarios le estaban quitando. A partir de ahí tiene lugar una resolución bastante prescindible y a la que le sobran minutos para ser redonda. Para colmo, Tarantino, con algunos kilos de más, se reserva un papelito que bien podía haberse ahorrado.

En definitiva, el western que siempre soñó hacer Tarantino es fruto de su cinefilia y sus pasiones. Sangre, música, mitos caídos... y sobre todo, mucha diversión.


Lo mejor: El comienzo. Los personajes y sus intérpretes, sobre todo ese trío de secundarios de oro: Waltz, Di Caprio y Samuel L. Jackson, este último en un papel que seguro que ha incendiado a más de uno. El guion lleno de diálogos ágiles, gamberros y algunas frases más serias. La aparición de Don Jonhson en un pequeño papel. La selección musical: desde Luis Bacalov hasta su amado Morricone quien le ha compuesto un tema original "Ancora Qui".
Lo peor: Que recuerde más a Malditos Bastardos que a Pulp Fiction, para mí su mejor película. Se excede en metraje. Se podía haber sacado más jugo a los personajes femeninos.
Crítica Django desencadenado: El western con el que soñó Tarantino

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