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Crítica: El Limpiapiscinas

Publicado el 28 julio 2011 por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

Existen algunas comedias que nos hacen reír con el constante sufrimiento del personaje principal. Algunas de ellas se cruzan la línea de la tolerancia y se vuelven masoquistas al no proporcionar un final feliz en donde se vea recompensado todo el calvario que ha tenido que padecer durante la mayor parte del filme. No niego que la formula funcione , después de todo “Hangover” la reutilizó dos veces, pero cuando una comedia se mezcla con elementos fantásticos y muestra respeto a la inteligencia del personaje principal, tenemos una anomalía que en esta ocasión resulta ser en un acierto.

Nunca pensé que fuera tan emotiva esta comedia chilena, que con su banda sonora parece imitar algún filme de Disney al transmitir un espíritu aventurero y aparentemente inocente de un puberto en busca de su gran amor. Desde los primeros minutos te das cuenta que no es otro insípido producto norteamericano y que existe un poco del aquel romanticismo mágico (que en este caso es muy light) capaz de transformar la realidad en fantasía, lo suficiente para no perder la credibilidad. 

El guión de  Sebastián Badilla y José Luis Guridi no es un ejemplo de innovación, pero al menos dota de inteligencia a sus personajes con diálogos candidos que nos enseñan la vida de la clase media en Chile. Quizás con el termino “pololo”, muy repetido durante el largometraje, uno se da idea que no pretende ser un producto de exportación si no un intento más por contar una historia de un joven en serias dificultades económicas que se ve en la necesidad de trabajar como limpiapiscinas. Fácilmente se pudo haber caído en la vulgaridad o doble sentido y se agradece que las risas provengan de la falta de talento en el amor por parte de Gustavo (Sebastián Badilla), quien como cualquier otro debe de aprender a ser él mismo. Como habrán visto la moraleja no es nada fuera de este mundo, pero es el trabajo del elenco quienes hacen que valga la pena acompañarlos durante la aventura. 

El actor Sebastián Badilla se merece gran parte del reconocimiento, porque no solo tienen que llevar sobre sus hombros toda la cinta, si no evitar caer en la sobreactuación de un adolescente en dificultades. Lo inteligente del asunto es que Gustavo soluciona sus problemas con inteligencia, con un poco de drama, pero sin caer en la tragedia; es en su audacia lo que nos permite interesarnos en su conflicto, aún con la presencia de un metiche en traje de bajo. La actriz Denise Rosenthal es la encargada de ser el objeto del deseo, que por fortuna no es más que carne rostizandose en bikini, si no una persona con sentimientos y al menos con capacidad de elección para saber que es lo que busca, sin caer en exceso de superioridad o vanidad que fácilmente nos hubiera hecho dudar del porque va Gustavo tras sus huesitos.

El director José Luis Guridi logra combinar los elementos mágicos con sutileza, es sólo en el abrupto desenlace en donde se resuelve el conflicto del “Ahogado”, donde se siente como que no hubo un desarrollo adecuado y nada más se busco una escena impactante para llamar la atención. Se me hizo innecesario la primera escena en donde se nos avisa que algo dramático sucedió para regresar algunos días después y ser testigos de toda la historia. 

Veredicto: El filme tiene sus momentos, algunos al borde de lo cursi, otros sanamente divertidos. No es nada fuera del otro mundo, pero no se puede negar el adecuado de trabajo de los actores por trascender un libreto de lo más común.

Calificación: 8 de 10, Tres estrellas de cinco. Un poco mejor que regular.

  Trailer El Limpiapiscinas


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