Crítica: Los Pingüinos de Papá

Esta es la opción perfecta para quienes buscan una película inocente, sin ningún otra preocupación que ver una ave aletear sin parar enfrente de una persona que tiene una sorprendente tolerancia a tan única especie que sobrevive en el clima extremo de la Antártica, pero que por causas del destino llega a tan utilizada ciudad de Nueva York.

Dudar de la capacidad del actor Jim Carrey a estas alturas de su carrera, no es el tema de esta crítica. Sabes a lo que vas cuando su nombre se encuentra como protagonista, sólo es el material con el que esta asociado lo que hace la diferencia, ya ni comentar su falta de diversidad en los personajes que elige, siempre actúa como si estuviera con sobredosis de cafeína.

En esta ocasión la trama se basa en la presencia de pingüinos habitando con el Sr. Popper en un departamento. Es necesario comprender que el filme se basa en cuento infantil que no requiere de lógica para comprender lo loco que es este fenómeno. Todo el tiempo vamos a ser testigos de travesuras y dolores de cabeza que le causan a su compañero de habitación, una subtrama de inseguridad emocional por parte de sus dos hijos y una relación amorosa que ni es necesario que relate su conclusión. Es más, decir que todo es predecible se debería volver el lema de la cinta, más allá de seguir una formula establecida de entretenimiento familiar que rinda homenaje y a la vez ponga su grano de arena con algo de originalidad que valga la pena; se estanca en una serie de conflictos bobos sin consecuencias, música de fondo enternecedora para esos momentos melosos, dos hijos prototipo de familia norteamericana y una persona de la tercera edad sacada de algún cuento perdido.

Ahora sí que ni Jim Carrey puede hacer nada al respecto con un libreto tan falto de sorpresas. Aún con el esfuerzo de contar la historia traumática de falta de amor por parte del padre del Sr. Popper y crear una atmosfera de ensueño que nos haga sentir algo emocional, termina todo en una escena tras otra de fastidiosos pingüinos que dan ganas de tenerlos en un plato. Ni el gran momento que se revela los motivos para tener tal plaga (sus palabras) tiene la importancia que debió de haber existido. No se si fue culpa del guionista que no encontró algo más que hacer con las aves, o una forma comprensible para llevar al cambio de actitud que sufre milagrosamente al final nuestro protagonista, pero la cinta es aburrida.

Veredicto: Se vuelve tediosa con el transcurso del tiempo , no existe nada rescatable más que saber que es adecuada para niños menores de seis años, muy inocente y a momento boba.

Calificación: 6 de 10, dos estrellas de cinco. Si deberás, no tienen nada mejor que ver.

Trailer Los Pingüinos de Papá / Los Pingüinos del Sr. Popper