Revista Talentos

Crónica de una eliminación anunciada

Publicado el 08 octubre 2011 por Perropuka

Crónica de una eliminación anunciada

"El Chasqui", hincha Nº1 de Bolivia.

Ayer se jugó la primera jornada de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Brasil 2014. Tan acostumbrados a que últimamente nos goleen,  no se esperaba mucho de la selección boliviana. Y así fue. Con un marco de poca gente en el estadio Centenario de Montevideo,  a consecuencia de una tormenta lluviosa, el partido se tornó difícil desde el principio.  Dos escuadras de futbol antagónico: por un lado la poderosamente física selección charrúa y al frente un tímido juego de toque del conjunto boliviano. ¡Qué lejanos aquellos tiempos! en los que los uruguayos jugaban nerviosos cada vez que se topaban con nosotros. En las eliminatorias para Italia 90, clasificaron sufridamente gracias a ¡un gol de diferencia!, porque empatamos en puntos y tuvimos que ver resignados el Mundial desde el televisor. En 1993,  nos tomamos la revancha, si bien nos ganaron a duras penas en Montevideo, a la vuelta les ganamos fácilmente por 3 a 1 con un verdadero baile que les dio el recordado “Diablo” Etcheverry, verdugo también de aquella tarde histórica cuando Brasil perdió por primera vez en eliminatorias. En USA 94, les tocó a ellos vernos desde el otro lado de la pantalla chica. Y siempre fue así, incluso en partidos de Copa América. Detrás de Brasil y Argentina, Bolivia era el rival más difícil para Uruguay. Ahora todo ha cambiado. Ya casi no les ganamos,  ni en casa. Ahora caemos por goleadas. Para la cita de Sudáfrica, nos vapulearon por 5 a 0 y a la vuelta, en La Paz se dio un triste empate, y recordemos que la selección charrúa fue la última en clasificar de las selecciones sudamericanas, aunque posteriormente tuvo un notable desempeño en el Mundial. Ayer no fue la excepción: una escuadra celeste desconocida, física y tosca, lejos de aquel juego controlado y fluido de la reciente Copa América- donde se coronaron campeones-, se bastó con el juego aéreo de sus defensas para llevarse la victoria con toda facilidad. Luis Suárez y Cavani, hicieron sus goles cada uno y poco más. Forlán desaparecido, se limitó a dar los centros al área boliviana donde Godín y Lugano hicieron de las suyas, sobre todo este último que fue figura del encuentro por convertirse en toda una autoridad del área y por sus dos goles. Marcador final, 4 a 2, resultado mentiroso porque Uruguay se perdió al menos dos claras opciones de gol y el árbitro nos concedió al final un penal más que dudoso. Y no creo que esta selección uruguaya sea muy superior a aquella de Francescoli, Sosa, Fonseca y compañía, pues ellos también ganaron el certamen continental de 1995 frente a Brasil. El problema es la falta de jerarquía de nuestra selección. Entre un mar de dudas la selección verde nunca hizo pie sobre el gramado, ciertamente el suelo resbaladizo no contribuyó a que se pueda desplegar un juego fluido a ras de piso, que siempre nos ha caracterizado, dadas nuestras limitaciones físicas, impropias para el juego aéreo.  Daba pena ver a nuestros jugadores menudos siendo constantemente superados en todas las acciones. A pesar del esfuerzo y actitud valiente, sus condiciones técnicas no son suficientes para contrarrestar el futbol práctico de los equipos físicos. Falta talento, no alcanza la garra. Entonces, ¿de dónde sacar jugadores? Esfuerzo inútil, si no se trabaja desde las divisiones inferiores. ¿Cómo podemos exigir buenos futbolistas, si apenas los exportamos a ligas menores como la ucraniana, la turca o la china?  Y en varios casos esos jugadores ni siquiera son titulares en sus equipos, como el caso de nuestro centrodelantero Martins que sólo es un portento físico y nada más. O el arquero-que es de lo mejor de nuestro elemento-juegue en un equipo de segunda como el Córdoba de España.  El resto pasea las tardes de domingo en el balompié doméstico. Para más inri, resulta incomprensible que el profesor Gustavo Quinteros insista en convocar a jugadores cuestionados por toda la afición, sobre todo por su pobre desempeño en el reciente torneo de Argentina. Parece que su guerra personal con Julio Baldivieso (entrenador de Aurora y compañero de selección en 1994), le impide reconocer los logros de este último al frente del equipo cochabambino y considerando que Quinteros desde que se hizo cargo de la selección, no ha ganado ni un sólo partido, ni siquiera amistoso. Lo dicen los periodistas deportivos, es injusto que apenas convoque a un jugador de Aurora cuando este equipo viene obteniendo buenos resultados en la Copa Sudamericana y en la Liga esté encabezando su grupo. Como siempre, luego del resultado contra Uruguay, las opiniones de la afición fueron bastante divididas: por una parte aumenta el pesimismo o la indiferencia general, sin embargo no faltan algunos optimistas seguidores de esa cultura de “lo importante es participar”. Entre muchas declaraciones curiosas, alcancé a escuchar una por lo menos antológica: “La selección jugó bien, el score de sólo dos goles de diferencia fue un triunfo para nosotros”.Imagínense, así estamos, hoy por hoy. Aunque El Chasqui se empeñe en apoyar incondicionalmente allí donde vaya la selección, no llegaremos lejos. Pero esa es otra historia por él es un hincha profesional. El martes recibiremos en La Paz a la selección colombiana. Con sólo oír los nombres de Falcao, Guarín o James Rodríguez, ya tiemblo.

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