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Crónica del segundo año

Publicado el 05 octubre 2012 por Ismaelpardo @ismael_pardo
Después de dos años estudiando la carrera de mis sueños en la Universidad de Málaga, puedo decir que ya he corrido lo suficiente en este maratón para decir que ya he pasado la mitad. No he corrido todo lo que he podido ni he conseguido mis mejores resultados, pero puedo decir que esto es una carrera de resistencia y que me sobra de eso. Puedo haber tenido unos cuantos tropezones, despistes por tener las zapatillas desatadas y demás asuntos que seguro podré arreglar en un futuro próximo. La cuestión es que, aunque haya tenido esos tropezones siempre, este pasado año ha sido el que más he tenido.
No soy el único que tras la ilusión del primer año, las ganas de empezar y demás buenas sensaciones, ha pasado a tener un sentimiento de desesperanza y desgana con el segundo año. No es desilusión, sino más bien realismo. Sabemos ya cómo son las cosas, sabemos qué fallos hay y sabemos qué es lo que hay que hacer. Ya no está todo en nuestra cabeza y, aunque suene pesimista, la cosa va así. Si además has hechos planes (como irte de Erasmus) y no los has conseguido (como me pasó a mí), la cosa se pone aún más fea.
Lo único que puedo decir es que no hay de qué preocuparse. Los maratones (porque esto no es una carrera: es un maratón) son duros y, sobre todo, largos. No importa si alguien ha corrido más que tú o ha hecho mejor tiempo: lo importante es llegar. Hay que desacelerar de vez en cuando, beber agua y descansar, pero siempre con paso firme. Ojalá hubiera yo tenido estos pensamientos el año pasado...
Este año no me ha ido muy bien. La desgana de la que os hablaba se unió a la desmotivación provocada por esos planes que no surgieron. Me sentía mal conmigo mismo. Me sentía un perdedor, sinceramente. Y eso hizo que no pudiera aprovechar todas las asignaturas de este último año como hubiera debido. De todas maneras, os voy a hacer un breve análisis de cada una, para que veáis de qué van las asignaturas de segundo de Traducción e Interpretación en la Universidad de Málaga.
El significado del español Y lo digo literalmente. Este año, en la asignatura de Español, llamada oficialmente Lengua y cultura A aplicadas a la Traducción y la Interpretación (Español) III, se ha centrado sobre todo en la semántica: teorías, conceptos y ejemplos de cómo ha cambiado la forma de ver el significado a través del tiempo. Lo que más interesante me pareció de la asignatura es que gracias al profesor se hizo bastante entretenida, ya que tenía mucho desparpajo diciendo las cosas y poniendo los ejemplos.
También me pareció muy interesante la historia del «lenguaje políticamente correcto», una corriente de la que todos hemos oído hablar, pero que quizás no sabemos de donde proviene. Resumiendo, es una corriente proveniente de la izquierda política de los Estados Unidos, que trata de eliminar las desigualdades sociales mediante el lenguaje, puesto que creen que en el lenguaje es donde se encuentran.
En la segunda parte de la asignatura, tratamos los comentarios de texto, tanto jurídicos, como administrativos, además de tocar los científico-técnicos. Nos centramos en sus rasgos lingüísticos y sus características generales, así como sus tipos (si es que hay más de uno).
«Amadiando» al inglés ¿Os acordáis de que, el año pasado, os dije que empecé una relación de amor y odio a la vez con mi primera lengua extranjera, el inglés? Pues esa relación no ha cambiado para nada. Mientras me sentía cómodo hablando, el nivel se iba haciendo más y más duro y al final me confundía con las cosas más simples.
Hablando sobre la metodología, podría destacar el segundo cuatrimestre, sobre todo. El primero, simplemente, usamos el libro de texto que compramos, en el que estudiamos expresiones de tiempo, profesiones, entre otros temas. El segundo cuatrimestre fue más completo, porque no solo estudiamos el subjuntivo y estructuras del inglés como la extraposición, sino que nos apoyamos muchísimo en el libro oficial de Cambridge para los exámenes del Certificate in Advanced English.
En la parte de cultura, estudiamos el gobierno de los Estados Unidos, historia norteamericana y la política del Reino Unido, entre otros temas.
Deutsch ist sehr schwer, du alter! Más de uno habrá pensado que el año pasado tuvimos suficiente con el esprint de la lengua alemana. Pero al empezar el curso sabíamos que no era así. Más y más materia se iba metiendo en nuestras cabezas a trompicones. Lo malo de estos cursos intensivos es que muchísima información se escapa y tenemos que hacer más esfuerzo en aprenderla, lo que tampoco está mal.
Este año, en la parte de lengua alemana, estudiamos los adjetivos (sus desinencias, cuándo se coloca qué desinencia, etc.), preposiciones, verbos que rigen preposición, los verbos modales, el Präteritum, las oraciones coordinadas y subordinadas, los verbos reflexivos, el Konjuntiv II (equivale al subjuntivo o al condicional en español), la voz pasiva y las oraciones relativas, entre más contenido.
En la parte de cultura alemana, estudiamos a Rainier Maria Rilke, uno de los poetas más importantes de la lengua alemana, y la estructuración del sistema educativo en Alemania.
Traductores somos y en la traducción nos encontraremos Aunque ya tuvimos algunos pinitos de traducción en clase de Inglés II el año pasado (y todo esto era extraoficial, es decir, que no estaba en el programa... o eso creo), este año ha sido el primero que hemos tenido asignaturas de traducción pura y dura.
La verdad es que no sé muy bien qué contaros de la asignatura, puesto que fue bastante obvia: traducir los textos que nos mandaban, que casi siempre eran directos, es decir del inglés al español, aunque tuvimos un par de ellas inversas.
Dimos muchísimos artículos de prensa (sobre todo, de política), aunque también tradujimos textos turísticos. Lo más curioso fue cómo tuvimos que enfrentarnos a encargos de traducción, en los que teníamos que respetar, por ejemplo, el formato, por lo que tuvimos que hacer todo el texto en referencia a lo que nos habían dado. 
Wüster, Cabré y sus amigos o el curso de Terminología Cuando empecé la carrera, resultaba que tenía compañeros que estaban en niveles superiores al mío, por lo que siempre me iban informando de aquí y de allí, y me aseguraron que Terminología era de las peores asignaturas que tendría en toda la carrera. Y, evidentemente, como pasó con Lingüística el año pasado, me equivocaba.
Terminología no fue la peor asignatura. De hecho, fue de las más interesantes que he tenido en la carrera. Pero el primer cuatrimestre, como ya dije, no fue mi mejor momento para aprender y desaproveché la oportunidad para hacerlo, por lo que he tenido que ir a recuperarla en septiembre.
Estudiamos las principales escuelas terminológicas, las corrientes actuales, los lenguajes de especialidad y la neología, además de hacer un trabajo de investigación terminológico acerca del tema que quisiéramos, basando nuestro proyecto en textos de Internet de diferentes niveles de especialización.
Para terminar este apartado, debo decir, en palabras de mi gran amigo Miguel Sánchez Ibáñez, «la terminología es como la típica hermana plasta: al principio no te cae muy bien, pero al final le coges cariño». Y oigan, así pasó.
Documentación o aprender a saber dónde buscar Cuando me dijeron que un traductor era de los profesionales que de más campos conocía, no lo dudé ni un minuto, porque sabía la labor de documentación que toda traducción necesita. Pero hasta que no lo viví en mis propias carnes no lo supe al 100 %.

La verdad es que esta asignatura era bastante entretenida y la disfruté bastante. Tuvimos muchos puntos de vista sobre la asignatura, porque la profesora estaba bastante abierta a debate y a ver lo que pensábamos acerca de los métodos que nos estaba enseñando. Basamos nuestra asignatura en varios temas, como cómo usar la web 2.0, qué son los libros y textos enriquecidos y cómo hacer uno, buscar de forma inteligente en Google y otros buscadores (ya que mucha información está oculta) y usar bases de datos. Gramática Normativa: la hermana listilla de Español

Que seamos hablantes nativos de una lengua no significa que sepamos hablarla perfectamente, o, mejor dicho, no nos da el derecho a ponernos la medallita de que sabemos hablarla y explicarla perfectamente. Eso es lo que nos dio a entender Gramática Normativa y fue, precisamente, lo que estuvimos estudiando.
A partir de algunos temas que dio la profesora y de otros que preparamos nosotros, la asignatura se basó en el funcionamiento de la lengua española y de ciertas comparaciones, con la traducción de protagonista, entre esta y el inglés.
Aunque estudiamos más, como los acortamientos de las palabras y su traducción al inglés, en el examen cayeron los temas de redacción y edición de textos, la poesía y la traducción y los signos de puntuación.
Hasta aquí mi repaso a las asignaturas de este segundo año que tantas cosas me ha traído. Espero que me comentéis si hay muchas diferencias con vuestros cursos y que qué os parece el segundo curso en la Universidad de Málaga.
¡Un saludo desde Málaga al mundo!

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