Para esto quería yo el NaNo. Para que sean las nueve de la mañana y en vez de estar desayunando para ponerme a estudiar, o estudiando ya, para estar tecleando como una loca una de mis historias porque no puedo dejarlo, porque me he levantado inspirada y necesito seguirla como sea.
Claro, así también a lo largo del día aumento tanto el marcador de palabras, si es que no paro. Cojo por banda el texto al que vaya a dedicarme ese día y no lo suelto, así se pare el mundo, que yo sigo a lo mío.
No se lo van a creer ni por asomo, pero estos días en los que se supone que tengo un cupo de palabras que completar y ninguna presión porque tenga que ser de una novela en concreto estoy avanzando más mis textos que en otros años. Ni yo misma me puedo creer todavía que hoy, que tocaría llegar a las diez mil palabras sin más, lleve el contador tan avanzado, tenga tanta facilidad para escribir tantas palabras (surgen sola, parezco un manantial, se me desbordan) y que, encima, esté contenta con los resultados. ¡Y encima tecleo todo en menos tiempo!
Podría contar muchas cosas sobre lo que estoy aprendiendo con todo esto, así como lo ilusionada que me tiene mi proyecto ilusión, tan famoso por estos lares. Avanza mejor de lo que soñaría, y si sigo con este magnífico ritmo creo que podré terminar la corrección-reescritura pronto. De momento, estoy consiguiendo llegar al mismo número de palabras que tenía el borrador, pero con las modificaciones que le hice, aún queda tela por cortar, así que me gusta. Más entretenida estoy, más trabajo tengo por delante, más cosas tendré para contar por el blog.
Así que hoy, sexto día, vengo a compartir por estos lares la alegría de conseguir ya superar las primeras cinco cifras en el contador y colocarme a estas horas del día, con toda la jornada por delante, con diez mil setecientos ocho palabras.
Creo que, después de la maratón de escritura a estas horas del día, ya puedo tomarme la jornada de estudio con más calma. A ver si así rindo más, consigo que sea productiva y hago todo lo que tengo en la lista de pendientes, que no es poco. Al menos sé que tras vomitar el chorro de letras que hice hoy, la neurona no vendrá a molestarme a mitad del día diciéndome todo lo que quiere escribir, lo que tiene ganas de crear y demás.
Mientras, os mando mucho ánimo a todos, que sé que si os ponéis a darle a las teclas con rabia (o al papel y bolígrafo, que cada uno tiene su método y no vamos a ningunear a nadie) conseguiréis el cupo de palabras. Os lo aseguro. En cuanto te sientes seguro, tranquilo y confiado con lo que escribes sale solo. Os lo dice alguien que lleva ya tres intentos de NaNo y en este, el tercero, está haciendo todo lo que no hizo en los dos anteriores, además de disfrutar como una enana.
Así, pues, os dejo por el momento, gorriones. Hay otros menesteres que reclaman mi atención por completo (para más información sobre mis estudios pincha aquí). Tomaos esta entrada como un empujón de ánimo y no dejéis de escribir, que ya habrá tiempo de corregir.
Recuerden: no dejen de escribir, que para eso está el NaNo. Y, por supuesto, disfruten de ello, que esa es también la intención de hacer esta locura una vez al año. Si no para qué.
Un saludo a todos desde mis apuntes de Medico-Quirúrgica III.
| Facebook | AmateursHotel | Livejournal | Blog personal |