Sold out, el cartel que augura un gran show, y también vapores etílicos, empujones, cerveza ajena en tu ropa, lucha encarnizada por la pole y visitas justas a la barra. Todo esto abundó el pasado miércoles en Tripod (Dublín) para ver a Patrick Carney y Dan Auerbach, aka The Black Keys.
Los de Ohio vinieron a presentar su última entrega, Brothers, a mi juicio un ejemplo de diversidad y exploración estilística en el que continúan en progresivo distanciamiento del blues-rock purista y sonido lo-fi de sus inicios, ya palpable en Attack & Release, para abrazar otras posibilidades en la producción de la mano de Mark Neill y Danger Mouse y géneros como el funk, la psicodelia, el soul o el rhythm & blues.
Me mataba la curiosidad por ver cómo el dúo se las ingeniaba para tocar en inferioridad numérica canciones grabadas con algo más que una guitarra y una batería: bajo, teclado, maracas, electrónica y hasta el clave se suman a los instrumentos principales de Carney y Auerbach en el estudio Muscle Shoals. ¿La solución? Ningún misterio: dos hombres más subieron al escenario después de que la pareja abriera el concierto desempolvando algunos de sus temas clásicos, entre ellos Thickfreakness, Girl Is On My Mind, Your Touch o el gran 10 A.M. Automatic.
Con la muchedumbre ya revuelta, los temas de su sexto LP fueron dando forma a un concierto que resultó corto (alrededor de una hora) pero genial. El falseto de Dan Auerbach en Everlasting Light ganó poder evocador en directo. Entre tanto sudor y cerveza caliente, moló mucho sentir el aire soul-funk de Sinister Kid, aunque haber visto los morritos de Nicole Wray en los coros hubiera apretado braguetas.
Tighten Up, producido por el ya mencionado Danger Mouse, el enigmático y agónico Too Afraid To Love You, junto con temas que solo me recuerdan a ellos mismos como Howlin For You o She's Long Gone también sonaron en el Tripod. Sin embargo, previsiblemente, cerraron con I Got Mine y dejaron en el tintero, y esto no se lo perdono, dos temazos de Brothers como son The Only One, impregnado de psicodelia camboyana (véase Dengue Fever), o Unknown Brother, un chute de melancolía.
Al menos, eso sí, tocaron Ten Cent Pistol, del que me flipa la influencia del Ethiojazz de Mulatu Astatké. Aquí dejo mi grabación de este temita.