A la espera de próximas (y espero que gratas) noticias por parte de una editorial que parece confiar en mí, quiero compartir con vosotros esta crítica suya que me ofrece serias esperanzas de ver La Flor contada como mi segundo libro publicado. Crucemos los pétalos…
Eludo el detalle de cada cuento (he recibido una carta de cuatro folios), para no adelantar acontecimientos al posible lector que visite este blog, pero no puedo sino agradecer a la editorial antes mencionada, el esfuerzo tomado en leer mi trabajo y el análisis realizado, relato por relato.
Y así se expresan, en su resumen final:
“La Flor contada es una colección de 50 sorprendentes relatos, generalmente de corte realista y firmemente anclados en el mundo de lo cotidiano. Los relatos presentan situaciones de la vida moderna para explorar una temática relacionada con la pareja, la infidelidad, la soledad, las crisis existenciales, el anhelo por amores pasados, el suicidio, los celos, el deseo y la pasión, o el rencor que lleva a la muerte propia, o a la del cónyuge, o incluso a la locura.
Aunque cada relato funciona de manera autónoma, juntos le dan voz a un relato colectivo y potente sobre la época actual con sus dinámicas, sus situaciones y sus neurosis y fantasmas propios. Todos los textos destacan por el cuidado con el que están escritos y por su minimalismo casi manierista. La autora emplea una prosa clara y sencilla, pero que al mismo tiempo genera efectos considerables en el lector. Algunos de estos relatos podrían ser poemas en prosa; otros narraciones atípicas, aunque siempre en el mundo de lo cercano, en la provincia de lo doméstico. Todos están caracterizados por su extensión breve, pero esta brevedad es precisamente su atractivo más grande, pues a pesar de ello contienen un mundo más amplio y más profundo que el lenguaje que los expresa.
A grandes rasgos, se pueden identificar dos tipos de relatos: aquellos planteados como viñetas que toman un sentimiento, una impresión o una idea para crear un texto de resonancias líricas (p.e. “Mar de palabras”, que partiendo del tema de la inmigración, crea un hermosísimo y evocador texto), y aquellos que siguen una estructura rigurosamente clásica. La originalidad reside en el tratamiento de las historias y los temas, y en la forma en que la autora introduce vueltas de tuerca a sus tramas (p.e. “Adiós”).
Con la frescura que aporta todo autor en ciernes, he de reconocer que la experiencia de la lectura ha sido muy agradable. Mi más grata enhorabuena.”