Uno de los seguidores de este blog y de nuestro canal en Twitter (@aprendeldeporte), Luís Sancho (@luis_sancho), me ha sugerido esta tarde que podría ser interesante hacer una reflexión sobre la opinión que ha dado hoy Johan Cruyff en la columna que tiene en el diario “El Periódico” sobre el tan hablado fichaje por parte del Real Madrid del que parece puede ser la nueva perla del fútbol español, el jovencísimo jugador del Racing de Santander, Canales.
Tras leer detenidamente su columna, creo que Luís Sancho tenía razón y que tiene muchas reflexiones que nos pueden ser interesante cuando hablamos de identificar y gestionar adecuadamente el talento joven en nuestras organizaciones:
- “Yo no sé si Canales acabará fichando o no por el Madrid. O por cualquier otro grande-grande. Lo único que deseo, siendo tan joven, es que no lo estropeen”: Una reflexión seguro compartida por muchos aficionados del fútbol que hemos visto muchos casos de jóvenes promesas que se han convertido en juguetes rotos por sucumbir a la ambición o al rodillo de los grandes clubs. Esta circunstancia también se ha dado en el mercado laboral, por ejemplo a principios de los 2000 cuando a cualquier recién licenciado en informática se le ofrecía un sueldo millonario por sus servicios de programador. Cuando la burbuja explotó, la mayoría de ellos perdieron su puesto de trabajo y tuvieron que “digerir” la normalización de sus salarios con un gran coste emocional. Es muy difícil hacer un buen profesional, y muy fácil convertirlo en un mal empleado.
- “A los 18 años has de aprender tanto, como persona y como futbolista, que si desembarcas en un grande demasiado pronto tu equipaje es tan corto que las mochilas más pesadas de los que te rodean te dejan absolutamente atrás”: Los jóvenes son muy influenciables y el equipo en el que tienen que trabajar determina en gran medida su éxito o su trabajo. Para un futbolista de 18 compartir vestuario con sus ídolos como Cristiano Ronaldo o Kaka, cobrar un sueldo millonario o estar todos los días en los medios es un sueño muy difícil de asimilar. Coincido plenamente con la reflexión de Cruyff en el sentido que para ser un buen profesional, primero hay que ser persona. Si muchos de los directivos de las organizaciones, con un poder, económico y real, infinitamente más limitado del que adquiriría Canales en el Real Madrid, pierden el norte con facilidad y se creen lo que no son, que se puede esperar de un niño. Los principios y valores, son los cimientos de la persona. Si la base es endeble, el árbol crecerá torcido, por mucho abono que le echemos.
- “El fútbol es una carrera corta, pero no tanto. Si tienes calidad a los 18 y haces las cosas bien, tienes un montón de años por delante. A los 18 años no necesitas muchos ceros en la nómina”: Como sabéis hablamos mucho del cortoplacismo en este blog, es uno de los grandes enemigos de nuestra sociedad. Lo queremos todo ya: el éxito, el sueldo, la notoriedad… todo. Y si no lo conseguimos en seguida, somos unos fracasados o unos ilusos. Hay otra forma de hacer las cosas. El dinero no es lo único, no garantiza la felicidad, ni tampoco el conseguir los objetivos. Qué gran ejemplo de cómo afrontar una carrera con visión de futuro es Nadal. Cómo su familia, su entrenador han conseguido construir una buena base, con fuertes valores, que le han permitido no deslumbrarse por su fulgurante éxito, y saber afrontar las vacas flacas con humildad, tenacidad y entrega.
- “El fútbol será todo lo profesional que queramos, pero aún firmando un contrato profesional, la edad es la que es y la formación es fundamental”: A los jóvenes hay que darles oportunidades, hay que apostar por ellos. Pero para que puedan aprovecharlas es necesario que les demos los medios necesarios. La formación es una herramienta fundamental como dice el holandés, pero no pensemos sólo en los talleres que organiza Recursos Humanos, el rol del jefe es el determinante. ¿Nuestros directivos están preparados para formar y desarrollar a las nuevas generaciones que llegan a hoy a nuestras organizaciones? ¿Comprenden sus motivaciones? ¿Sus expectativas? Un buen líder puede conseguir oro con una buena material prima, como ha sido el caso de Aito García Reneses con Ricky Rubio en el Jouventut, en cambio un mal jefe, como un mal profesor, es capaz de convertir a la mejor de las promesas en el empleado más gris.
¿Están nuestras organizaciones preparadas para las nuevas generaciones?