Si alguien pudiera responder a esta pregunta, sin duda se haría millonario. Ni las editoriales, ni los agentes literarios, ni los mismos escritores lo saben. Tal vez sean los lectores quienes puedan darnos una idea más cercana, pero tampoco sus respuestas garantizan la clave.
Conozco escritores que escriben como los dioses; en algunas oportunidades los he nombrado,sin embargo, no son los autores que más venden, según las listas de Amazon o de cualquier otra plataforma.
Entonces, si no es el talento lo que hace que una novela se convierta en un bestseller, ¿cuál es el ingrediente?
Después de pensarlo he llegado a la conclusión de que no es suficiente saber escribir bien. Tampoco es demasiado importante que el autor cometa fallas ortográficas o gramaticales; he leído libros que las tienen por montones y venden mucho, pese a muchos comentarios al respecto. Algunos escritores no tienen la menor idea del estilo, y eso no parece importar a su gran masa de lectores, ¿por qué? Porque se centran en la historia, y porque los lectores no necesariamente saben de ortografía ni de reglas gramaticales.
Una novela sin una historia que apasione no calará en el lector. Puede estar escrita con corrección, haber pasado por la criba editorial, incluso, pero si no tiene una trama que atrape al lector, quien es el destinatario final, simplemente no pasará de ser un libro bien escrito.
Lo importante entonces es encontrar una buena historia, no obstante, esto no garantizará el éxito del libro, a menos que sea un tema que interese a la mayoría de lectores. Y en este aspecto creo que muchos escritores ya han dado con la veta de oro: la novela romántica que incluya escenas eróticas explícitas.
Pero aquí viene otra vertiente al respecto: No todas las novelas románticas eróticas llegan a situarse entre las preferidas de los lectores. Hay algunas que están bastante bien escritas además de ser eróticas y no han tenido éxito. ¿La causa? El tema. Si el tema no es claro, o si se trata de algo que para la mayoría de lectores(as) de novela romántica es un tabú o sale de las normas conocidas, será leído con cierta displicencia, tal es el caso de aquellos que tratan tabúes como el incesto. Pero dentro de la trama de incestos también hay sub-tramas como las relaciones amorosas, no solo incestuosas, entre una madre y su hijo. Hay una autora que escribe bajo seudónimo, excelente persona y buena escritora; en sus obras hay una dosis fuerte de erotismo, pero según sus propias palabras, no ha logrado despegar como cabría esperar al ser una literatura que no se encuentra dentro de los parámetros de los consumidores de erotismo. Me parece que es políticamente "más aceptable" que el incesto sea cometido por el padre, y a ser posible, que no sea consensuado. si lo es pierde el ingrediente de "prohibido" que hace que se dispare la imaginación del morbo.
Creo que para escribir con éxito novelas románticas se requiere de una historia en donde el hombre sea muy macho, la dama muy hembra, un desengaño amoroso, un rescate, una versión moderna de la Cenicienta, mucho fragor en la cama, e inevitablemente un final feliz. Estos ingredientes se pueden combinar hasta el infinito, pues forman parte del imaginario colectivo. ¿A quién no le gusta una pareja espectacular? ¿Quién no desearía hacer perder la cabeza a un millonario? ¿Qué mujer no quisiera poseer una belleza irresistible? ¿Qué hombre no quisiera ser valiente, buen mozo y un héroe en la cama?
Si se cuenta una ingenua historia de amor con un final feliz, la mayoría de lectores sentirán que las escenas de erotismo explícito que se narra en ellas están escritas "con estilo", "elegancia", o que son "humanas" y que por lo tanto, pueden solazarse en ellas y sentir placer al leerlas sin sentir culpa.
El sentimiento de culpa tan arraigado en la mentalidad femenina, es inconsciente. La mayoría, por no decir todas, negarán que lo tienen, sin embargo está ahí, presente. En unas en menor o mayor grado. Es lo que la sociedad y la crianza vino arrastrando a lo largo de la historia. La liberación femenina tiene pocos años, unos cincuenta a lo sumo, lo que llevado a cifras universales es un suspiro en términos de tiempo. Podría ser la respuesta al sentimiento de placer que sienten algunas mujeres al ser castigadas al tener sexo, una especie de violación consensuada en la que ellas fingen no estar de acuerdo y su negación provoca la
excitación de ambas partes.
También hay hombres a los que les agrada ser castigados, lo que exacerba sus deseos, y supongo que también debe de haber mucha literatura al respecto.
La literatura erótica no es una moda. Ha existido desde hace mucho tiempo; autores que se consideran de culto la han escrito, pero hoy con el uso de Internet y la autopublicación se ha masificado. Hay muchas escritoras que escriben bajo seudónimo escenas que haría sonrojar a la autora de 50 sombras y son consumidas por lectoras voraces de este tipo de literatura.
Lo que queda para los escritores que no nos especializamos en literatura erótica es inventar historias excepcionales, tarea bastante difícil en la época actual en la que casi todo se ha dicho, pero será el tipo de literatura que marcará la diferencia entre una escritura fácil y complaciente y otra más elaborada, que deje huella.
¡Hasta la próxima. amigos!