La mayoría suele contestarme que le gustaría ser recordadas como “buenas personas”, pero a mi eso no me dice nada, entonces les pregunto ¿qué es ser buena persona?”. Habitualmente ahí se atascan y no saben ponerle palabras a esa frase tan utilizada de forma genérica y masiva, esto nos sucede porque no nos detenemos a pensar en estas cosas y si en perder muchas veces el tiempo en noticias que nos distraen, perdemos energía en discusiones eternas pero las decisiones de esos temas no dependen de nosotros.
Para saber que huella nos gustaría dejar en cada acto de nuestra vida, primero será necesario conocer tus Valores (quienes me leen habitualmente saben que soy muy pesado con esto) algo fundamental porque muchas veces nos sentimos frustrados y tristes sin saber bien el por qué, pero la clave está en que no estamos honrando algunos valores nuestros.
Cuando conoces tus valores, viene el momento de crear una Visión de Vida a mediano y largo plazo, descubrir y decidir hacia dónde quieres ir, que camino quieres escoger, el cuál estará en clara sintonía con tus valores y tu magnífico SER.
Una vez explorado esto, conocido, incorporado bien en tu interior, comienza el momento de pensar en que te diferencias, cuál es tu sello de distinción, cómo impactas a los demás en tu trabajo, familia, amigos, el equipo que diriges, actividades que haces. Es preguntarse que huella dejas, si se te conoce por ti excelencia, por la pasión que pones a cada cosa, por el trato humano que das, en fin, hay miles de posibilidades que tu debes encontrar y saber cuál es tu seña de identidad.
Saber esto, es como tener una brújula o GPS en tu mano, ya que cuando te sientas un poco perdido o con dudas, mirar a esto te permitirá rápidamente volver al camino correcto sin perder tiempo ni dudas. Además cuando tu sabes lo que eres y quieres, el tomar decisiones es algo sencillo y para nada traumático, por una sencilla razón, sabes bien lo que quieres y deseas dejar.
Desde que conoces y pones en práctica tus valores, sabiendo que huella quieres dejar, todos los actos que haces tienen un sentido, un por qué, un motivo profundo, no son actos por arranques o descontroles emocionales, sino los haces porque tienen una finalidad y hay algo que estás transmitiendo en ellos.
Cuando comencé mi formación en Coaching todo esto que cuento para mí fue un auténtico descubrimiento, no estaba en mi mente ver la vida desde ahí, era de los que buscaba el sentido a todo pero desde lo exterior, pero en ese año y medio de formación, descubrí todo lo que comento, con lo cual mi vida cambió radicalmente.
Por eso cuando comienzo un proceso de Coaching o de Liderazgo con clientes o en un seminario, lo primero que me interesa es ir a centro de todo, que es el SER. Allí están los valores, la visión y la huella que todos queremos dejar.
También quiero aclararte que para dejar una huella no hace falta ser famoso o muy conocido, de ¡ninguna manera!, todas las personas podemos dejar una huella en el trabajo, en tu familia, con el equipo que lideras, con personas que se te cruzan un tiempo en tu vida, en la manera de hacer las cosas o resolver conflictos. Ten en cuenta que cada acto que hagas, estás transmitiendo un impacto, recuerda que nuestros actos definen como somos, con lo cual es muy importante ser lo más fiel y auténtico posible a nuestro SER.
Tener presente cuál es tu huella soñada hace que puedas cada tanto evaluar como de que manera la estás modelando.
Por eso tómate un momento a pesar que legado estás dejando a día hoy, si estás satisfecho con la respuesta te doy la ENHORABUENA, pero en caso que no te guste el resultado de la pregunta, te doy una buena noticia: TODAVIA ESTAS A TIEMPO DE MODELAR TU HUELLA SOÑADA, no pierdas tiempo y ponte en marcha ya.